sábado. 20.04.2024

Mira que si suben!...

Este equipo, a veces bueno y otras una banda, puede ganar en Mendoza-Ucam (no nos hundas cartagenero, vaya morbo y qué carambola) o palmar. Y después, capaces de venir al Cartagonova y hacer el ridi ante el Cacereño. Escribí que es un equipo el de este año perfecto para enfermos...
Este equipo, a veces bueno y otras una banda, puede ganar en Mendoza-Ucam (no nos hundas cartagenero, vaya morbo y qué carambola) o palmar. Y después, capaces de venir al Cartagonova y hacer el ridi ante el Cacereño. Escribí que es un equipo el de este año perfecto para enfermos del corazón. Van a caer como la lluvia, a “puñaos”.
¿Y, si después de todo, suben?. ¡Mira que si suben! ¿Por qué no?. Oscar Cano después de verlos hacer exquisiteces ante su Betis B dice que van a ascender. ¡Qué misterio! ¿Qué les vería?. ¿O se equivocó y estaba pensando en su Betis? Porque el colista y descendido parecía el otro, según cuentan las crónicas.
 
No le den vueltas. Cuando yo titulaba mis dos últimos artículos “El FC, creador de emociones” y “No se alarmen. Es la tradición “ lo hacía por algo, pero lo de este año, y especialmente lo de este final, es demasiado. Ya ni buenos ni malos, ya no le ganan ni al Pulpileño,  escrito quede con todos mis respetos. Da igual Melilla que San Fernando, Villanovense que Betis B. ¡A producir infartos y cabreos! Y mira que si suben después de tantos disgustos y decepciones…
 
Es un equipo del que unos dicen que es raro –evidente-, otros que no se puede confiar en él –por supuesto-, otros que están ya muertos y no pueden correr lo mínimo y suficiente para ganar. No lo espero.
 
Yo me aferro al hierro caliente y repito ¡Mira que si suben!. Lo deseo fervientemente porque es el equipo de mi tierra, de mis antepasados, de mis amigos, de mi sangre, de mi ciudad, de mi niñez, de mi infancia, de mi pubertad, de mi Almarjal adorado, de todo lo que más quiero. Es, ha sido y será mi equipo. Es el único  que he tenido, tengo y tendré. Y no me hace sufrir ningún otro.
 
Repito la anécdota con mi hija Macarena hace años. Refunfuñaba yo porque habían perdido otra vez y me dice mi hija: -No sufras más, siempre estás igual, cámbiate de equipo. –Sí, podría ser, le contento. Y añado –Y ¿por qué no te cambias tú de padre? Imposibles ambas cosas. Imposibles.
 
Unos salieron avergonzados del estadio el pasado domingo como en otras tantas “exhibiciones” de este años, con 22 puntos perdidos, 22, ante los ojos de la afición. Qué fuerte. ¿Puede un equipo ser campeón haciendo esto? Puede. ¿Se lo merece? ¿Debería ocupar ese puesto de honor tras ser bailado por un  descendido, colista y con bajas sensibles?...Pacheta dijo que no. (El entrenador, por cierto,  está empeñado en las tres eliminatorias porque, seguramente, tantas emociones hasta el momento le han parecido pocas). Por eso no fichó a un central, para volvernos a todos cardíacos, aparte de la mala suerte de Fernando Martín y Rueda. ¡Vais a pasarlo mal amigos parece que pensó! Ni canteranos aunque lo puedan hacer mejor que los titulares.
 
Ya no es sorpresa, ni sufrimiento, ni emociones adversas. Esto ya es el suspense del mago Hitckhok. Y como en Cartagena tenemos de todo, unos –entre los que me cuento- desean el ascenso con toda su alma y otros dicen que, tranquilos, nos quedan 19 años, como la otra vez. Y los más perversos que sufriremos poco porque nos echarán pronto del play-off. Y los peores que algunos jugadores están haciendo el Quique Lucas de hace dos años por las mismas razones. (Por cierto, llegar al Celta y volver a jugar bien y meter la pierna fue instantáneo como el nescafé).
 
O están cansados, o se ponen nerviosos ante 7 u 8.000 espectadores, o les puede la ansiedad…Y es lógico porque en los partidos no saben leer, no saben  correr, no saben controlar, ni manejar situaciones. Pero ¿qué saben?. Pues que al Cacereño vayan mil y al Mendoza-Ucam ciento y pico. Precisamente en Murcia nos jugamos el cuello. ¡Cómo es de imprevisble  la vida puñetera, que decía mi padre!.
 
Un equipo loco que no ha ganado ni un partido, ni uno, con tranquilidad, que nos tiene temblorosos y con el miedo en el cuerpo, que no se sabe cómo va a responder, pero ¡mira que si sube!. Todos a callar, a reir, a disfrutar, a sacar pecho.
 
Para ello, tengamos salud (lo fundamental), suerte (que nos hará falta por toneladas, visto lo visto), alegría (para ver el lado bueno de las cosas) y trabajo (tan importante siempre y hoy más que nunca).
 
 

Mira que si suben!...
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