Ricardo Díaz-Manresa | Periodista

No cometamos los errores del Murcia

Ficharon mucho y mal. (El Cartagena parece que ficha lo justo y da la impresión que con sensatez). Trajeron a Toshack, que ya era un despojo futbolístico y que estaba por encima del bien y del mal. Y así les fue.Lucas Alcaraz parecía bueno para 2ª A y no para...
Ficharon mucho y mal. (El Cartagena parece que ficha lo justo y da la impresión que con sensatez).

Trajeron a Toshack, que ya era un despojo futbolístico y que estaba por encima del bien y del mal. Y así les fue.

Lucas Alcaraz parecía bueno para 2ª A y no para 1ª, donde alcanza casi siempre su nivel de incompetencia. Encima se lo creyó, hizo un equipo carísimo y pegó un petardazo inolvidable. Empezó la gran escabechina “de los que no cuentan para el entrenador”, situación muchas veces difícil de comprender.

Y para arreglarlo, trajo Samper –que fue de traspiés en traspiés, increíbles para “un hombre de fútbol” como se le conoce, a Clemente. ¿De fútbol o de negocios?

Clemente, especialista en broncas y más pasado que las brevas que sestean en el suelo, fue el más petardo de los petardos de Samper. Lo habían echado o había fracasado en prácticamente todos los equipos que se atrevieron a ficharle tras su paso por la selección española, tiempo para olvidar.

Naturalmente el equipo bajó a 2ª haciendo el ridículo y como Samper no se había equivocado bastante le ofreció otra vez el equipo para enmendar el entuerto. Otra vez fichajes a mansalva sin sentido y, si no le echan tras esperar demasiado, lo deja en 2ª B, tras ambiente enrarecido, jugadores que no le gustaban y los apartó, derrota tras derrota y a la calle.

O sea, no hay que fichar entrenadores con nombre que estén de vuelta, los fichajes deben ser muy meditados y con el coste justo (aunque a Cygan le parezcan rácanos) y hay que procurar para tener buen ambiente, imprescindible en un equipo, que cuente el míster con todos los que tiene y no haga descartes dolorosos.

O sea, todo lo contrario que hizo el Murcia en los años anteriores hasta la llegada del sensato Campos.