jueves. 28.03.2024

El que no tiene fe…

He repasado a conciencia los números de hace un año, he visto la clasificación en distintos momentos de la temporada. Aquí, a altas horas de la madrugada y sacando tiempo de dónde no lo tengo, me veo con mi mesa del despacho repleta de papeles que tengo que ordenar, casi...

He repasado a conciencia los números de hace un año, he visto la clasificación en distintos momentos de la temporada. Aquí, a altas horas de la madrugada y sacando tiempo de dónde no lo tengo, me veo con mi mesa del despacho repleta de papeles que tengo que ordenar, casi todos relacionados con la clasificación. La de hace un año y la actual.

Mi primera sorpresa es al encontrarme en la jornada 18 con un colista, como entonces lo era el Nàstic, con 13 puntos –los mismos que el Cartagena-, con sólo cuatro goles más que los albinegros y con los mismos tantos encajados (23) además de las mismas victorias (2), los mismos empates (7) y las mismas derrotas (9). En esa jornada se encontraba a seis puntos del ‘Recre’ que entonces marcaba con 19 puntos la línea de salvación.

Volví a sorprenderme cuando me encuentro que, en la jornada 22 –en la misma que aquel Cartagena iniciaba su cuesta abajo- que suponía el comienzo de la segunda vuelta los catalanes habían ascendido hasta el puesto 20 y habían sido capaces de recortar hasta en cuatro puntos al Huelva, la salvación –dijeron entonces en Tarragona- era posible.

Al término de la Liga el Nástic se salvó. Por los pelos pero se salvó. Su situación era peor que la del Cartagena en la misma jornada. Cada cual que lo vea como quiera verlo. Lo puede hacer desde el positivismo y también desde el pesimismo. Todo vale y el pensamiento es libre.

Yo, personalmente, me voy a agarrar a la fe. Me resisto a tirar la toalla cuando aún quedan 24 jornadas por disputar, cuando hay que jugar aún con el Huesca en casa en el reinicio de la Liga el 7 de enero y cuando habrá que visitar al Villarreal B una semana más tarde, precisamente el equipo que en estos momentos marca esa línea de cinco puntos. Y cuando hay todavía nada menos que 72 puntos por delante y sólo cinco de desventaja.

Querer es poder. De eso estoy convencido. Si uno quiere, puede. El problema es de actitud. El jugador que esté convencido que lo diga y el que no, que se vaya a la calle. Hace falta gente que aporte, que tenga fe en salvar esta triste temporada. Pase lo que pase ya les adelanto que renovaré el carnet de abono la próxima temporada. Como muchos que también lo harán. No pienso cambiar de equipo.

N. D.- Dedicado con cariño a mi amigo Ricardo Díaz-Manresa, ilustre periodista cartagenero y cartagenerista.

El que no tiene fe…
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