martes. 23.04.2024

De la nostalgia a la barbarie y de la bronca al eufemismo

MIGUEL ÁNGEL RUSSO AMÉN En uno de ellos, el Estadio Nacional donde se jugó la final, lo hacían de local Colo Colo, Unión Española, Universidad de Chile, cuyo central era Pellegrini, hoy entrenador del Manchester City y Palestino, nombre para no perder la memoria.  En esos tiempos, casi recién llegado Pinochet, estaba establecido el toque de queda entre...

MIGUEL ÁNGEL RUSSO AMÉN

En uno de ellos, el Estadio Nacional donde se jugó la final, lo hacían de local Colo Colo, Unión Española, Universidad de Chile, cuyo central era Pellegrini, hoy entrenador del Manchester City y Palestino, nombre para no perder la memoria.

 En esos tiempos, casi recién llegado Pinochet, estaba establecido el toque de queda entre la una y las seis de la mañana, sólo tráfico permitido (poquísimo y justificado) y militares patrullando. En ese horario, cuando uno no llegaba a casa, al justificarse, se entremezclaban tragicómicamente el miedo y el recurso ante la infidelidad conyugal. En los viajes largos usábamos el salvoconducto para los controles militares y mi presidente, era el comandante en jefe, creo que de la quinta Región.

Cierto dia, con un argentino más famoso que yo, cruzábamos una principal avenida de Santiago un poco pasada la una de la madrugada cuando vimos acercarse un autobús militar. Casi al mismo tiempo de verlo, bajaron dos soldados con sendas ametralladoras en sus manos, ordenándonos el alto tan militar y tan trágico en esos días.

 Una vez arriba, la fama de mi compañero y sus goles en el Colo Colo, presumí que nos iba a ayudar. ¡Cómo no iba a haber un soldadito de esos que no haya gritado algún gol cualquiera del Colo Colo!. No me equivoqué y terminamos hablando de fútbol y del partido anterior o el del próximo domingo. Domingos que se les acabaron para siempre a quienes no tuvieron la suerte que nosotros tuvimos.

 Aunque nosotros gozáramos de cierto privilegio, por decirlo de alguna manera, eran tiempos de barbarie, la cuál uno comprende más tarde, cuando se entera que esos mismos vestuarios del Estadio Nacional, donde uno se cambiaba y escuchaba ese eufemismo de poner el alma y darlo todo, meses atrás a muchos que no ponían el alma la tortura se la quitaba y el todo se lo llevaba la física desaparición.

Fue también donde cuentan que el horror le cortó las manos a Víctor Jara, (sería para que no toque más, que ilusos…) después lo asesinaron para que dejara de cantar… ignorantes. Hoy el cantautor sigue repitiendo incansablemente sus "Te recuerdo Amanda” o "A desalambrar”. Seguramente el día diecinueve, vaya casualidad, por los rincones de El Batel, el alma de Víctor Jara, tal como dice la canción, "Volverá a pisar las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada”, llevado de la mano o a hombros por sus hermanos de Quillapayun, una vez más y siempre, incansablemente.

Detrás de una de las porterías del Estadio Nacional, hay un predio de butacas siempre vacías, en memoria de aquellos que no volverán a sentarse, en esas ni en otras, como recuerdo de aquel horror, de aquella gigantesca cárcel en que se había convertido, un paradójico espacio para la alegría.

Después de una larguísima pausa, cavilando, de aquel Estadio Nacional que me arrimó la nostalgia y la barbarie, ese mismo estadio el sábado cuatro de Julio me trajo la bronca, y los eufemismos utilizados para justificar lo injustificable.

En el fútbol argentino, la producción futbolística de jugadores sigue intacta, será difícil encontrar una selección con tantos jugadores de primerísimo nivel.

La consecución de un pálido segundo puesto en la Copa América hace galopar el por qué de la pregunta. Sabella, entrenador en Brasil 14 y subcampeón también, ex buen futbolista pero como entrenador con reminiscencia bilardistas, que tanto daño le hicieron al futbol argentino, dio la respuesta global en una pregunta en particular:

- ¿Por qué no juega como el Barcelona?.. ! Porque no tenemos los mismos jugadores ¡ Tuve que utilizar los dedos de mis pies porque los de las manos se me habían acabado para contar la cantidad de jugadores que él dice no tener. Además, tiene a los dos mejores del mundo en anticipación cognitiva: Mascherano que percibimos todos lo que el percibe defensivamente antes que los demás, y Messi, bueno, nos enteramos siempre después porque el sólo lo sabe. Es como dijo un periodista de Pelé: Pelé es Pelé y los demás son japoneses….todos parecidos.

Lo que hizo el Barcelona en estos años es tan grande, que lo utilizan hasta los mediocres para defenderse de su opacidad futbolística con la frase "nosotros no somos el Barcelona”. Pero se puede ser como el Villareal, el Málaga, la Real Sociedad, el Cartagena de Juan Ignacio, el último Albacete que nos visitó, o ese equipo infantil del Valencia por televisión que uno vio admirado por el respeto a la pelota.

Volviendo a la justificación inaudita, por el fútbol de la ciudad han pasado verdaderos maestros del eufemismo, algunos por contagio de contaminación nacional, y otros con creaciones propias originales merecedoras de algún premio a la inventiva si no fuere porque uno siente que le están tomando el pelo a la gente.

"Prefiero estar sextos antes que primeros”…. La que viene es más complicada de digerir: "En Abril estaremos en…”, aclaro que estábamos en Enero…¿premonición? , ¿pitonismo? Después cosas más convencionales: "Estamos trabajando muy bien y esto tiene que dar sus frutos”, "Lo tenemos todo controlado”….cuando el contrario visto después se controlaba solo. Y después los actuales: "Haremos un fútbol intenso”, los algo mas antiguos "Fuimos un equipo práctico…”, "Hicimos un fútbol serio…”. ¿Dónde estaba/está reflejada la intensidad, la practicidad, y la seriedad en los Guardiola, Redondos, Xavis, Iniestas o Pirlos?.

En la temporada 14/15 tuvimos cataratas de hacernos creer cosas que no eran. Cuando la pelota se trata diferente para lo que ha sido creada, aparece el eufemismo y personas que no solo lo dicen sino que ellos en sí mismo lo son.

Uno a veces, comete irregularidades porque la necesidad es un gusano que hace perder la paciencia, pero por suerte siempre para esos momentos de debilidad moral, están el tomate, la lechuga y el melón, que cuando uno los come se alimenta el organismo, y cuando se recogen de la tierra que los parió, se alimenta la dignidad.

Necesidad es cuando en verano hay que abrir colegios para que los niños coman, y no para que se disfracen de necesitados los usurpadores, arribistas, y testaferros cómplices.

En la temporada 14/15 ¡cuanta vergüenza galopando por nuestro fútbol y cuanta vergüenza ajena!,

Vergüenza ajena…. otro eufemismo para decir cuando el ajeno perdió la suya.

Amén

De la nostalgia a la barbarie y de la bronca al eufemismo
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