viernes. 19.04.2024
Andrés Hernández Martínez | Escritor

Nubes sin claros en un mar de dudas con viento de Levante

Establecía metáforas y por alusiones personales símiles entre la pareja literaria, ejemplo sociológico por antonomasia, y la expareja que acabo la pasada temporada en el Cartagena, Efesé para mi Manolo. Bien, desde algún que otro lago de tinta electrónica escrito parece ser que empiezan a despejarse las incógnitas dentro de...
Establecía metáforas y por alusiones personales símiles entre la pareja literaria, ejemplo sociológico por antonomasia, y la expareja que acabo la pasada temporada en el Cartagena, Efesé para mi Manolo. Bien, desde algún que otro lago de tinta electrónica escrito parece ser que empiezan a despejarse las incógnitas dentro de un mar de nubes negras o dudas como se escribe hoy en la prensa, aunque estas no existieron.

Habían y hay muchos obstáculos que salvar; el estado del campo, producto de la pésima organización del club. La mala suerte con los postes, producto de la ansiedad y el infortunio. La actuación de los árbitros, producto de la mezquindad humana y la más importante, la falta de miras que no de ambición del equipo que gestiona este señor con iniciales que me recuerdan a una marca de ropa interior. Y digo bien y me reitero, en Jerez le salvaron la cara los jugadores, en Cartagena después de meses de pobreza futbolística la inspiración del momento y una plantilla descarada y con clase dieron una lección de futbol y arroparon la ilusión en las gradas.

Pero de nuevo la mediocridad ha sido la enfermedad que se ha instalado en el banquillo, denominador común, en ya varios episodios parecidos han sido y son las bajas de los elementos básicos de la armonía y la composición plástica, en este caso deportiva, El ‘Mariscal’ y el de San Pedro, curioso ambos sobre todo este último con un escudero natural que disimulaba entonces sus ausencias, ¿se acuerdan de Miguel…?, pero no es tiempo de reproches, el Cartagena con un menoscabo en la meta, más mala suerte donde no se establece ni el típico tópico…”otros vendrán que bueno te harán…” La pregunta es la misma, ¿por qué un equipo con jugadores de excelencia individual y calidad demostrada se alojan en la impotencia y la imperfección a pesar del coraje?

Podemos reflexionar sin complejos y aceptando la cruda realidad, el Cartagena se ha caído a la parte baja de la tabla, situación que no se daba desde hace años, no pretendo hacer un análisis técnico, para eso ya hay escuadrones de exegetas del futbol en la ciudad, solo, repito, solamente pretendo hacer una reflexión, aunque sea infumable y pesada, cada uno hacemos lo que podemos, incluso, amigo Juan Antonio deberíamos hablar en estas citas de aquellos tiempos con el Sr. Amaro en la calle Montanaro, ¿Qué tenía?, ¿el 37 de abonado hace treinta años?, o del  ilustre Abute y su perra Línda…, estaría bien homenajear a aquellos fieles que no han visto al equipo en esta categoría de nuevo aunque la disfrutaron en aquellas décadas, como nosotros en El Almarjal, claro que éramos muy pequeños….

Y ahora para hacerlo mas soporífero para algunos y seguir la línea literaria…Cuando una persona jamás termina algo que comienza, se le llama mediocre, o también a la mentalidad que tiene en cuanto a los proyectos que tiene en mente, quedarse a medias, algo sin terminar... Pero a veces el mayor problema consiste en que no reconocemos nuestra condición de dejar todas las cosas a medias, y no podemos llegar a ser vencedores. Aunque con mantenerse en la categoría ya es una victoria franca, pero cojones lo que cuesta. Y este año no les cuento nada que no sepan.

Lo de Tenerife menos fácil será cualquier cosa. “Es más contagiosa la mediocridad que el talento”, Giuseppe Ingegnieri.

Nubes sin claros en un mar de dudas con viento de Levante
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