26 de noviembre de 2012, 15:32
Si el Cartagena no ascendiera este año a la Liga Adelante sería un rotundo fracaso. Eso que vaya por delante. Con tales premisas no hay que darle más vueltas al asunto, el Cartagena está obligado a ponerse el listón bien alto como profesionales que son. Este equipo que parece vivir de las rentas de las seis primeras victorias de Liga tiene que quitarse la caraja que parecen llevar encima en las últimas ocho, en las que ha dejado volar 15 de los 24 puntos en juego.
Juan Ignacio Martínez, cuando nadie lo conocía, siempre decía que él sería lo que los resultados dijesen. Con Juan Ignacio, con Pato y con María Santísima. Es verdad. Si los números son buenos el entrenador será buenísimo pero lo mismo pasará al revés y Paco Gómez, precisamente, no es de los que se casen con nadie. Salvo con David Amaral y con el propio JIM ha podido con casi todos. Resultados mandan.
Quiero pensar que Pato, lo que ha tratado de hacer es restarle presión a sus jugadores. Pero la presión es inherente al futbolista, da igual que juegue en el Cartagena o en el Valladolid. Si queremos tener aspiraciones hay que tener apremio por conseguir cosas.
Quedan 24 jornadas para acabar la Liga y eso es todo una eternidad, pero a mí me da que Pato tiene otros cometidos más urgentes, por ejemplo resolver las dudas de la portería dónde Juanma no termina de generar confianzas, o en el centro del campo con un Marcos Rodríguez que sigue sin demostrar los motivos por los que fue fichado. Y no digamos ya de esa decisión, cuando menos valiente, de dejarse este domingo a Perona fuera de la convocatoria.
Eso sí que son motivos para subir el listón de las exigencias en este Cartagena que, últimamente, no carbura.
