13 de diciembre de 2012, 17:35
El entrenador que se fue tenía sus ideas y el que ha llegado, las suyas propias. Normal. Pato (los resultados finales que ha obtenido) ha acabado con la paciencia de bastantes en la grada y el Cartagena ha detectado que la crisis tocaba fondo y ha seguido al pie de la letra lo que le pedía la masa de asociados y la afición. Con excepciones. La situación rozaba con lo insostenible.
Al llegar Pacheta es como si los que han decidido la persona del relevo de Pato hubiesen intentado adrede traer un técnico con las ideas opuestas al que se ha marchado. Respetables los dos entrenadores. Tan sólo el tiempo dará la razón a quien la tenga.
Pato y Pacheta están empatados en los deseos de luchar por todos los balones, presionar y ser incisivos y seguramente agresivos en el campo –agresividad bien entendida- pero en materia técnica y estrategia me parece que cada cual tira para un lado diferente. Por lo que he visto y oído.
Lo peor que se ha podido escuchar esta temporada respecto a Pato es que “no sabía el equipo a lo que jugaba”. Para mí las rotaciones han sido el acantilado por el que ha caído un entrenador joven, luchador y con ilusiones, pero iluso, que no es lo mismo que estar ilusionado. Si hiciéramos una encuesta –imposible en la realidad- entre los propios jugadores veríamos cómo la mayoría detestarían la ruleta de las rotaciones. Pacheta lo ha explicado claro en su primera rueda de prensa en Cartagena. Sí a las rotaciones pero cuando haya lesiones, expulsiones o necesidad de reservar a los magullados en la guerra. Tarascadas de cárcel como la del otro día del calvo villanovense Kike Alcaraz a Florian, hay demasiadas en esta Liga. Incluso el portero Víctor Ibáñez ha dejado entrever a posteriori, en rueda de prensa, no ser partidario de aquel sistema de ir rotando para jugar.
Pacheta intuyo quiere ser más práctico y no engaña a nadie diciendo que va a cuidar que la pelota esté en el otro área, "en la que hay que morir". El centrocampismo va a pasar al limbo, congelado, y con él la idea de hacer filigranas con la pelota para organizar el juego en la zona de creación. Pacheta va a lo directo. Fútbol vertical y a pelear el balón con garra, habilidad y eficacia en el área del rival. Si se crean 17 ocasiones de gol será más fácil que al menos se marquen un par de tantos. Así es el menú del ex entrenador del Oviedo. No hay otra carta. Por eso este diario digital hoy ha recordado a Fabri. Con la ventaja para Pacheta de que, al ser el Cartagena su tercer equipo a entrenar, estará más puesto en pelear, con más gana y frescura que el gallego que ha preparado a más de una veintena de clubes en su vida profesional y ya debe de estar de vuelta.
Evidente todos los buenos caminos pueden conducir al ascenso a Segunda. Hay ejemplos de todos los colores. El Murcia subió la última vez jugando mal la mayoría de veces con Iñaki Alonso, valga el dato. La clave es de Perogrullo: sumar puntos como sea. Y la autopista de la eficacia es el camino más seguro. Los atacantes van a tener mucho protagonismo en este ‘nuevo’ Cartagena que diseña Pacheta, y también el sistema de defensa. Creo que los albinegros, puestas de nuevo las pilas, van a ser pronto un equipo que no lo va a conocer ni la madre que lo parió.
