31 de mayo de 2015, 17:23
GUILLERMO JIMÉNEZ
El guion exigía empatar a goles en Canarias, al menos, para seguir adelante. Con lo que se demuestra que el inventor del doble valor del gol fuera de casa le hizo un eterno favor al Cartagena este domingo de dudas, deseos, miedos. Era un continuar en Segunda B pero que, si surgía el descalabro, habría podido dar con los huesos del club en la desaparición por inviabilidad .
Y el Cartagena lo consiguió en uno de los momentos más dificultosos de su historia, anclado por las circunstancias: el acoso de las lesiones ha sido terrible las últimas semanas, agravado el problema por la prohibición de ampliar el número de jugadores y todo el lastre de la dañina pasividad y pésima gestión de Sporto.
Además no hubo 'mercado de inviern'o al que agarrarse; al contrario, Sporto permitió la marcha de futbolistas -Neira y Pallarés- y cuando los nuevos rectores movidos por Belmonte quisieron buscar en la bolsa de parados de la AFE futbolistas para solo dos partidos, el sindicato de Rubiales se mostró intransigente y no fue justo ni con sus jugadores desempleados ni con el club que llamaba a la puerta en busca de soluciones por la única vía legal.
Pero el 1-1 final en el Anexo del gran estadio canario sabe a gloria tras tanto despropósito y contratiempo en aluvión que ha contrastado felizmente con la manera de desenvolverse del grupo de Belmonte, que comenzó por convencer a los escépticos y puteados jugadores -con la realidad de los pagos- y también a una afición decepcionada y quemada a fuego lento que reaccionó pronto ante el trabajo a destajo de los nuevos rectores. Se demostró en los partidos ante La Roda y Las Palmas Atlético, con entradas en el Cartagonova entre 11.000 y 12.000 espectadores frente a los dos mil quinientos o tres mil de toda la campaña.
Quedaba en la trastienda una segunda y última parte: salvar la categoría. De lo contrario el informe del Administrador concursal al Juez no habría sido el de la exposición de una viabilidad en Tercera División. Había riesgo máximo de tener que 'echar la persiana' y comenzar de nuevo. Pero, ¿cómo? El recurso aireado de conseguir la plaza por los despachos -no bien visto por todo el mundo- tras una hipotética renuncia de La Hoya Lorca por problemas económicos se iba pareciendo más a una subasta de mercado persa que a una operación conveniente y razonable hasta donde pueda llegar la razón.
Al seguir en la categoría, conquistada en el campo de juego, con los últimos sudores y calambres en Las Palmas, el grupo Belmonte entra de hecho en el club con todos los predicamentos para empezar una nueva etapa con la ventaja de tener conquistada la aquiescencia de la afición. Éste es un gran paso y puedo avanzar que Paco Belmonte y su gente no se van a conformar con alcanzar 5.000 abonados porque saben que la Efesemanía puede dar bastante más de sí.
Felicidades por el sensacional logro de este domingo en Canarias y especialmente por lo que se intuye puede ser el nuevo FC Cartagena conducido por gentes que saben de qué va la cosa, además de haber demostrado la coherencia de todos los pasos que han dado desde que aterrizaron en territorio albinegro con riesgo de perder dinero.
Recuerdo una reciente tertulia televisada en la que uno de los símbolos del fútbol cartagenero, Alfonso Melenchón, magnífico jugador que después fue del Elche, pedía a Paco Belmonte que no dejase al equipo incluso estando éste en Tercera o en Regional.
