6 de septiembre de 2012, 2:08
Hace años que Eduardo Martínez Caro se consolidó como uno de los técnicos municipales con mayor prestigio en el extinto Patronato Municipal de Deportes primero y, por extensión, en la concejalía de Deportes después. Martínez Caro ha hecho muchas cosas buenas sin que casi nadie se haya enterado, excepto los beneficiados. Sin bombos, sin platillos. Lejos de los focos, Eduardo Martínez Caro siempre ha trabajado en la sombra, resolviendo problemas, funcionando sin hacer ruido pero con mucha eficacia. Es un tipo querido por la totalidad de los equipos de fútbol base, allá donde va es bien recibido. Por algo será.
Pero no ha sido un camino de rosas para este técnico municipal. Hace unos meses fue castigado, literalmente, por su jefe actual, el concejal de Deportes Pepe Cabezos quien le hizo responsable del estado que presentaba el césped del Cartagonova en aquel Cartagena-Alcoyano de hace un año, a finales de septiembre. Cabezos le culpó de aquel desastre para quitarse las pulgas y le tuvo humillado durante unos meses. Todo aquello fue público. Nunca le perdonó, ni eso ni que haya crecido a la sombra de Eduardo Armada, el que fuera durante tantos años gerente del desaparecido Patronato Municipal de Deportes por obra y gracia de Pilar Barreiro y del brazo ejecutor de su concejal de turno.
Y que casualidad. Ha tenido que ser un club como el Cehegín Atlético, cuyos premios pasan por ser los más reputados en el ámbito deportivo a nivel regional y que incluso cuentan con el respaldo oficial de la Comunidad, quien reconozca la inmensa labor en la sombra de este funcionario ejemplar donde los haya y cuyo mayor delito ha sido el de trabajar sin parar a todas horas, si descanso, todos los días de la semana incluido sábados y domingo si son necesarios y con la mejor de sus sonrisas. Sin querer y sin saberlo desde Cehegín le han dado una bofetada a José Cabezos para que se de cuenta de una vez la clase de trabajadores que tiene a su lado.
Lo mínimo que ahora merece Edu es que Cabezos acuda hasta Cehegin para acompañarle en una noche feliz y que se levante y le aplauda. Sería una manera elegante de reconocer lo equivocado que estaba con él.
En fin, que me alegro mucho de estos premios tanto a Margarita Dominguez como a Edu Martínez Caro. De Margarita ya sabemos que es una jabata y que volverá a repetir el premio que ya le dieron en 2009. La nadadora cartagenera ya nos tiene acostumbrado a esto y a mucho más. Pero en el caso de Eduardo me alegro mucho por él. Lo ha pasado mal en los últimos tiempos. Lo ha sufrido en silencio. Pero sin un mal gesto y siempre con la sonrisa en la boca a pesar de que se ha sido muy injusto con él, especialmente su jefe directo, el concejal de Deportes. Desde aquí mi reconocimiento por un premio que merece por sus muchas horas de desvelo con el deporte y con el fútbol base de Cartagena, dónde es apreciado y respetado.
Lo mínimo que merece es que Cabezos acuda a Cehegin para acompañarle en una noche feliz y que se levante y que le aplauda. Se la debe. Sería una manera elegante de reconocer lo equivocado que estaba con Edu, un buen profesional del que debería de tomar ejemplo en algunas cosas. Así de claro.
Pero no ha sido un camino de rosas para este técnico municipal. Hace unos meses fue castigado, literalmente, por su jefe actual, el concejal de Deportes Pepe Cabezos quien le hizo responsable del estado que presentaba el césped del Cartagonova en aquel Cartagena-Alcoyano de hace un año, a finales de septiembre. Cabezos le culpó de aquel desastre para quitarse las pulgas y le tuvo humillado durante unos meses. Todo aquello fue público. Nunca le perdonó, ni eso ni que haya crecido a la sombra de Eduardo Armada, el que fuera durante tantos años gerente del desaparecido Patronato Municipal de Deportes por obra y gracia de Pilar Barreiro y del brazo ejecutor de su concejal de turno.
Y que casualidad. Ha tenido que ser un club como el Cehegín Atlético, cuyos premios pasan por ser los más reputados en el ámbito deportivo a nivel regional y que incluso cuentan con el respaldo oficial de la Comunidad, quien reconozca la inmensa labor en la sombra de este funcionario ejemplar donde los haya y cuyo mayor delito ha sido el de trabajar sin parar a todas horas, si descanso, todos los días de la semana incluido sábados y domingo si son necesarios y con la mejor de sus sonrisas. Sin querer y sin saberlo desde Cehegín le han dado una bofetada a José Cabezos para que se de cuenta de una vez la clase de trabajadores que tiene a su lado.
Lo mínimo que ahora merece Edu es que Cabezos acuda hasta Cehegin para acompañarle en una noche feliz y que se levante y le aplauda. Sería una manera elegante de reconocer lo equivocado que estaba con él.
En fin, que me alegro mucho de estos premios tanto a Margarita Dominguez como a Edu Martínez Caro. De Margarita ya sabemos que es una jabata y que volverá a repetir el premio que ya le dieron en 2009. La nadadora cartagenera ya nos tiene acostumbrado a esto y a mucho más. Pero en el caso de Eduardo me alegro mucho por él. Lo ha pasado mal en los últimos tiempos. Lo ha sufrido en silencio. Pero sin un mal gesto y siempre con la sonrisa en la boca a pesar de que se ha sido muy injusto con él, especialmente su jefe directo, el concejal de Deportes. Desde aquí mi reconocimiento por un premio que merece por sus muchas horas de desvelo con el deporte y con el fútbol base de Cartagena, dónde es apreciado y respetado.
Lo mínimo que merece es que Cabezos acuda a Cehegin para acompañarle en una noche feliz y que se levante y que le aplauda. Se la debe. Sería una manera elegante de reconocer lo equivocado que estaba con Edu, un buen profesional del que debería de tomar ejemplo en algunas cosas. Así de claro.
