Un artículo de opinión de CARLOS SÁNCHEZ (@charlidsg)
18 jornadas son ya suficientes como para que un primer análisis de la situación del FC Cartagena contenga ya los elementos de juicio necesarios para emitir una valoración con base sólida. 18 partidos son muchos minutos, en los que se han ido viendo las cosas buenas y malas de este nuevo proyecto albinegro. Los resultados a estas alturas no responden ya a circunstancias coyunturales, sino que vienen dadas por decisiones estructurales. Apenas, quizá, el fútbol le debiera 3 o 4 puntos que se han escapado, pero no variaría sustancialmente la posición en la tabla.
Esta octava plaza, momentáneamente, revela que el actual Cartagena no es un equipo fiable. Apunta muy buenas maneras, pero no termina de concretarlas en goles y, por ende, victorias. Adolece de gol, sobre todo desde los hombres de la segunda línea, y no ha sido capaz de cerrar pronto los partidos y dominarlos de cabo a rabo. En la medida que ha dado con los grandes, ha perdido más puntos que ganado, ya que de los 9 primeros solo le ha podido ganar a Jaén y La Hoya.
En definitiva, ha demostrado ser un equipo para la segunda línea, pero al que se le ven ciertas costuras cuando trata de competir de tú a tú por entrar en play off. Personalmente, yo me daría con un canto en los dientes si la liga acabara mañana mismo, con el equipo en esta posición, que le da la oportunidad de jugar Copa del Rey incluso. Pero llega la primera frontera: el mercado de invierno.
Paco Belmonte va a salir al mercado y a tratar de reforzar el equipo, por lo que manda un mensaje implícito, pero claro, de que quiere aspirar a más. De esos movimientos que realice, de la buena capacidad para cambiar cromos del dirigente albinegro, dependerá el que se pueda entrar entre los cuatro primeros. Pero, el mero hecho de que realice esos cambios y esos fichajes, hace elevar por sí solo el listón de la exigencia.
