30 de septiembre de 2009, 2:00
Sí, sé de qué mes se trata, e incluso sé que el partido de ida se jugará en el Camp Nou, pero si intento afinar y concretar el fin de semana en cuestión, probablemente me equivoque.
Sin embargo, no necesito hacer el más mínimo esfuerzo para recordar que tras el viaje a Cádiz y la visita del Celta, tendremos una oportunidad de lujo para acompañar al Efesé a Elche.
De igual modo, casi podría recitar que tras llegar de Elche recibiremos a Las Palmas, y después, a los siete días y ya metidos en el undécimo mes, nos encontraremos de bruces con una fecha que yo, como todos, tenemos marcada en la agenda: el 8 de Noviembre.
Por descontado pretendo formar parte de las hordas de cartageneros que viajen a Murcia -muchos de los cuales prometimos en su día no pisar su nuevo y flamante estadio, hasta que no acaeciera una situación como ésta-. Y si a día de hoy ya espero con ansia ese partido, sólo el pensar en que nos tengan que recibir a dos puntos del hipotético descenso –como están en este momento- y nosotros podamos jugar el mismo con la tranquilidad que da la muy probable diferencia de puntos que nos pueda separar, surgen verdaderas ganas de coger el coche y cruzar ya el puerto de la Cadena.
Es decir, se trata de una cuestión de prioridades, las cuales no cambian sustancialmente pero sin duda se alternan, aflorando aquellas que realmente son prioritarias.
En todo caso, ahora toca el Villarreal B –partido trampa-. Ni su inicio titubeante, ni su condición de filial, deben hacer relajarnos ni un ápice (tampoco a los aficionados); es un recién ascendido como nosotros y bajo esa premisa ha de encararse el encuentro.
Sigamos disfrutando…
Sin embargo, no necesito hacer el más mínimo esfuerzo para recordar que tras el viaje a Cádiz y la visita del Celta, tendremos una oportunidad de lujo para acompañar al Efesé a Elche.
De igual modo, casi podría recitar que tras llegar de Elche recibiremos a Las Palmas, y después, a los siete días y ya metidos en el undécimo mes, nos encontraremos de bruces con una fecha que yo, como todos, tenemos marcada en la agenda: el 8 de Noviembre.
Por descontado pretendo formar parte de las hordas de cartageneros que viajen a Murcia -muchos de los cuales prometimos en su día no pisar su nuevo y flamante estadio, hasta que no acaeciera una situación como ésta-. Y si a día de hoy ya espero con ansia ese partido, sólo el pensar en que nos tengan que recibir a dos puntos del hipotético descenso –como están en este momento- y nosotros podamos jugar el mismo con la tranquilidad que da la muy probable diferencia de puntos que nos pueda separar, surgen verdaderas ganas de coger el coche y cruzar ya el puerto de la Cadena.
Es decir, se trata de una cuestión de prioridades, las cuales no cambian sustancialmente pero sin duda se alternan, aflorando aquellas que realmente son prioritarias.
En todo caso, ahora toca el Villarreal B –partido trampa-. Ni su inicio titubeante, ni su condición de filial, deben hacer relajarnos ni un ápice (tampoco a los aficionados); es un recién ascendido como nosotros y bajo esa premisa ha de encararse el encuentro.
Sigamos disfrutando…
