viernes. 29.03.2024

Referéndum a la suiza

   GUILLERMO JIMÉNEZ Seiscientos años antes de Cristo los griegos ya realizaban consultas plebiscitarias, lo que hoy se llama referéndum  y de lo que son tan amigos los suizos en todos sus cantones. El primer referendo en Cartagena asociado  a la historia del fútbol va a llegar este miércoles 10 de junio con...

 GUILLERMO JIMÉNEZ

Seiscientos años antes de Cristo los griegos ya realizaban consultas plebiscitarias, lo que hoy se llama referéndum

 y de lo que son tan amigos los suizos en todos sus cantones. El primer referendo en Cartagena asociado  a la historia del fútbol va a llegar este miércoles 10 de junio con urnas en el estadio Cartagonova para consultar a los abonados del equipo albinegro si dan paso a una nueva criatura -un nuevo club- parido por el grupo Belmonte, ante la inviabilidad económica del proyecto en manos de Sporto pero con una losa fundamental de más de dos millones y medio de euros que Hacienda reclama y que corresponden a antes del año 2010, etapa anterior a la SAD (Sociedad Anónima Deportiva) un traje a medida de Paco Gómez para que fuese dominada por él.

Belmonte fue claro como el agua cristalina en su exposición este lunes en rueda de prensa: su grupo aduce no poder desembolsar 5 millones de euros en salvar al FC Cartagena, tras aparecer la deuda que reclama Hacienda y que colea hace más de cinco años. Porque la generaron otros -aquí no cabe culpar a Sporto aunque sí a Paco Gómez- y porque los caminos van a seguir siendo pantanosos en tanto no se demuestre lo contrario.
 
El nacimiento de esa nueva criatura - así surgió el Cartagonova CF, abrazado de mil amores por la corporación de Pilar Barreiro, a costa de dejar caer al Efesé, hoy en el Polígono Beaza, y en Preferente- no solucionó para siempre el eterno problema de la identidad del primer club de la ciudad trimilenaria. Es una carga histórica que recae en Cartagena, una sombra que frustra a los románticos. Evidentemente estas cosas no le pasan al Athletic, ni al Barça, ni al Betis, ni al Sevilla, ni al Oviedo, donde hay solera y fidelidad hacia el club de siempre a marchamartillo, y hay que quitarse el sombrero; pero sí le han pasado, y más de una vez, al Cartagena (desde que dejó de ser Unión Deportiva Cartagenera) como ha sucedido en Almería o en Málaga, donde por las circunstancias también son amigos de los cambios y de las fusiones.
 
Hay un dilema en Cartagena. Hacienda aprieta como jamás lo ha hecho y está en su papel. Hay pactos para aplazar lo que pueda ser aplazado, pero hay urgencias y pagos inmediatos que Belmonte y su grupo asumen, no así el lastre anterior a 2010. El gestor murciano ya ha proclamado que él no ve viable al Cartagena -según el proyecto de su gente- pero tampoco va a ser el enterrador del actual club. Dice.
 
Las posibilidades, según su propuesta, y las decisiones las tomará la afición (los abonados) en la libre consulta del miércoles 10, ese referéndum del que saldrá una contestación. Las opiniones están ahí. Razones tienen los románticos y también quienes ven más saludable partir de cero. Tan respetable es decir sí como depositar la papeleta del no. 
 
Pero la ventaja -salta a la vista- la tiene, por lo realizado en 40 días- el grupo de Belmonte por su coherencia y transparencia. Yo es que no creo en la aparición por sorpresa de un Príncipe azul que encandile a Cenicienta y que permita que el querido y machacado FC Cartagena pueda subsistir. No lo veo y, en el fondo, lo siento profundamente. Tengo en mi casa dos insignias de oro de la misma entidad albinegra, recibidas sin petulancia en dos fases de mi vida profesional, y eso pesa. Como la sinceridad con la que quiero expresarme.

Referéndum a la suiza
El usuario es responsable de sus comentarios. Se compromete a que no difamen, insulten, contengan información falsa, abusiva, pornográfica, amenazadora, que dañe la imagen de terceras personas o que infrinja alguna ley.
Sportcartagena se reserva el derecho de eliminar los comentarios que considere inadecuados.
Comentarios