20 de abril de 2010, 2:00
Los albinegros siguen en puestos de ascenso, solo que con la clasificación más apretada. El calendario de aquí al final de temporada es alentador para los pupilos de Juan Ignacio por un aspecto: el equipo depende de sí mismo para lograr el sueño.
Esta situación la considero positiva por dos circunstancias. La primera, que el equipo ha vuelto a recuperar sensaciones que ya se vieron contra el Murcia, y solo la actuación del árbitro impidió sacar algo positivo del Nou Estadi. La segunda, y clave de aquí al final de temporada, es la fortaleza mental del equipo. A pesar de los nefastos arbitrajes sufridos, unidos a duras derrotas como contra el Betis o Elche, el equipo ha seguido creyendo, y al partido siguiente se ha levantado. Signo de equipo grande.
La actuación arbitral confirma que al equipo albinegro no le van a regalar nada. Deberá mantener la frialdad en las situaciones límite, controlando ese “otro” fútbol del que alguna vez han hablado entrenadores como José Antonio Camacho o Javier Clemente. Saber mantener la cabeza fría cuando el corazón está caliente será imprescindible.
Otro factor fundamental va a ser la respuesta de la grada. El equipo sabe de la importancia de la afición, pues el sueño pasa en gran parte por que el conjunto se haga fuerte en casa. En algún artículo anterior lo he comentado. No es el momento de dudar, ni criticar decisiones, pues todos queremos lo mismo. Es necesario tener fe, sacar el orgullo, ponerle corazón. En definitiva, resistir frente a la adversidad.
Esta situación la considero positiva por dos circunstancias. La primera, que el equipo ha vuelto a recuperar sensaciones que ya se vieron contra el Murcia, y solo la actuación del árbitro impidió sacar algo positivo del Nou Estadi. La segunda, y clave de aquí al final de temporada, es la fortaleza mental del equipo. A pesar de los nefastos arbitrajes sufridos, unidos a duras derrotas como contra el Betis o Elche, el equipo ha seguido creyendo, y al partido siguiente se ha levantado. Signo de equipo grande.
La actuación arbitral confirma que al equipo albinegro no le van a regalar nada. Deberá mantener la frialdad en las situaciones límite, controlando ese “otro” fútbol del que alguna vez han hablado entrenadores como José Antonio Camacho o Javier Clemente. Saber mantener la cabeza fría cuando el corazón está caliente será imprescindible.
Otro factor fundamental va a ser la respuesta de la grada. El equipo sabe de la importancia de la afición, pues el sueño pasa en gran parte por que el conjunto se haga fuerte en casa. En algún artículo anterior lo he comentado. No es el momento de dudar, ni criticar decisiones, pues todos queremos lo mismo. Es necesario tener fe, sacar el orgullo, ponerle corazón. En definitiva, resistir frente a la adversidad.
