5 de abril de 2015, 21:55
Cinco equipos empatados a 37 puntos, a dos de un Cartagena que parece empeñado en tener que hacer un sobre esfuerzo para salvarse en una Liga cuyo guionista, si fuese una serie de tv, le estaría dando sin parar vueltas de tuerca a la esperanza de muchos conjuntos.
Acabó la jornada 34 ª y solo quedan por disputar seis en la Liga. ¡Sálvese el que pueda¡ El margen es de diechocho puntos a los que agarrarse por parte albinegra mientras se produce -si es viable- la marcha de Sporto con el rabo entre las piernas y la sensación de no sentirse queridos en la ciudad a la que vinieron a hacer negocio y están a punto de cerrar el peor negocio del fútbol cartagenerista en décadas.
Aparcado Sporto, aun siendo un problema de magnitud, el equipo que debe sacar las castañas del fuego, incluso puteado hasta la saciedad, con junta rectora provisional que pueda ser nombrada o con el boca a boca de las Peñas, tiene que dar el do de pecho y tomar oxígeno, proteínas o lo que fuere y no ser el cuadro al que le pierden los errores infantiles de futbolistas que ya van para los 40 años como se demostró el sábado. Es un goteo casi constante de despropósitos que taladra la piedra más dura. Cuando el Cartagena hoy es de mantequilla en bastantes aspectos.
Toca preparar la salida a Córdoba y sucede que los filiales de El Arcángel se han portado hoy domingo como casi nadie esperaba. Han realizado en la comprovinciana Lucena lo que el Arroyo llevó a cabo en Cartagena el Sábado Santo, y los próximos rivales de Palomeque respiran cuando se hallaban asfixiados. Aunque todavía no se han salvado.
La jornada, sarcásticamente, ha sido de resurrección pero para los demás. Resucita el Córdoba B, sale a flote La Roda en Sevilla y La Hoya Lorca y El Palo no le pueden hacer ascos al punto que han sumado ante rivales tan poderosos como UCAM Murcia y Cádiz, que eran favoritos en sus salidas y no andaban excesivamente necesitados de ampliar su cartera de puntos.
Pero he aquí que el Cartagena aún tiene margen para la esperanza. Con todo lo que está lloviendo. Es lo chocante y es lo que da etiqueta de vital al partido del próximo fin de semana en El Fontanar, a las afueras de Córdoba, o en el propio El Arcángel, pegado al Guadalquivir.
