El ridículo de Pino Zamorano y el Comité, que le enmienda la plana

Pino Zamorano ha quedado en ridículo. Una vez más. Su segunda tarjeta mostrada a Mariano Sánchez ha quedado sin validez y eso quiere decir varias cosas. Primero, que se equivocó. Y después, que está claro que adulteró el resultado. La jugada en cuestión debió de haber sido expulsión, sí, pero...
Pino Zamorano ha quedado en ridículo. Una vez más. Su segunda tarjeta mostrada a Mariano Sánchez ha quedado sin validez y eso quiere decir varias cosas. Primero, que se equivocó. Y después, que está claro que adulteró el resultado. La jugada en cuestión debió de haber sido expulsión, sí, pero de Rodri (llevaba una tarjeta amarilla), penalti contra el Barça B y los catalanes quedarse con sólo diez jugadores.

No digamos nada si el Cartagena hubiese marcado ése hipotético penalti. Habría entrado de nuevo en el partido con un jugador más y nadie podrá saber ya lo que habría ocurrido con casi media hora por delante, al menos para empatar.

Pero fue al revés. Todo ocurrió al contrario lo que quiere decirse que el resultado, aparte de inamovible, no se ajusta a lo que en realidad debió de haber ocurrido, cuestión que viene a confirmar la ineptitud como colegiado de fútbol de este manchego, que cada vez que dirige al Cartagena lia alguna de las suyas. Al Cartagena pero también a otros muchos equipos que ha dirigido. Su colección de despropósitos es tan amplia que la lista se haría interminable.

Si yo fuese árbitro sentiría vergüenza, y no precisamente porque el Comité enmiende la plana sino porque me habría dejado en el más absoluto de los ridículos y con el pompi al aire. A ver si hay suerte, este Alfonso Pino Zamorano tiene vergüenza torera y se deja el mundo de los arbitrajes para dedicarse a tomar el sol y a jugar al julepe en su pueblo, Miguelturra, dónde no tienen culpa de tener a un vecino que es tan malo como árbitro que a sus jefes no le duelen prendas a la hora de dejarle en evidencia,