viernes. 26.04.2024

Serenidad, antes de echar el carro por el pedregal

De la decepción se está avistando la desesperanza  ante una situación nueva que requiere mirar las perspectivas con serenidad, sin dejar de atajar los  males, ya localizados.  El 0 en el casillero de puntos da pie al desánimo pero la respuesta del Cartagena en Guadalajara, sin ser para lanzar al...
De la decepción se está avistando la desesperanza  ante una situación nueva que requiere mirar las perspectivas con serenidad, sin dejar de atajar los  males, ya localizados.  El 0 en el casillero de puntos da pie al desánimo pero la respuesta del Cartagena en Guadalajara, sin ser para lanzar al cielo cohetes, demuestra que en pocas semanas el conjunto, debidamente reajustado y con mucho trabajo, puede dar bastante más de sí y situarse en posición fuera de la zozobra. No son castillos en el aire.

El conjunto apuntó en el 'Pedro Escartín' virtudes que fueron lanzadas a la basura a los 33 minutos, a partir del primer gol, que debió ser evitado (una vez más, el fatídico balón parado), aunque después del palo del 1-0 se rehizo y continuó jugando con decencia, a años luz de lo que dio de sí la jornada anterior. Lo que sucede es que el peso del marcador adverso ofusca a los predispuestos al pesimismo y este factor no es positivo. Los números pesan más que lo que se percibe a vista de espectador. Convengamos que el Cartagena dio la cara en Guadalajara. Muchos de sus defectos voluminosos de antes se borraron, pero quedaron otros que abortaron su reacción en guarismos. Ahí está el detalle.

Lo recomendable, en esta jaula de grillos a la que da pie el farolillo rojo y la sicosis, es formar una piña solidaria con el club, dejar aparcados los dardos envenenados de la rumorología (este domingo un medio radiofónico ha dicho que ya hay cisma en el vestuario del Cartagena ¿ ?)  y propiciar que las buenas maneras expuestas por el equipo en Sabadell y en Guadalajara se consoliden y aumenten con el concurso además de futbolistas que aún no han entrado plenamente en la alineación, por lesiones, sanciones o baja forma.

La solera de una afición se demuestra valorando las circunstancias y huyendo de todo pesimismo exagerado. Los hay catastrofistas, alarmistas que tendrían razón de ser si el equipo encadenase despropósitos. La cadena de deslices se pudo romper ante el Alcorcón, al menos se vio en Guadalajara.

Estos no son paños calientes sino  simplemente mirar con un poco de frialdad la situación  y con respeto a los profesionales que juegan,desde la perspectiva de que hay calendario por delante. Un largo calendario.

Lo fácil es lanzar a la pira a Quirantes , a los entrenadores y al que se ponga por delante. Lo correcto es actuar con responsabilidad  en ayuda a este club peculiar (con dueño absoluto, absolutamente equivocado o absolutamente acertado, muchas veces sorprendente en decisiones), y para eso hay que pedir calma y tregua a los que azuzan desde los parapetos de la información. "Tanto quería el lobo a sus hijicos que les sacaba los ojicos".

Soluciones hay pero la primera de ellas no es empujar al abismo a unos jugadores que pueden, quieren y saben dar más de sí. En el Escartín ya lo demostraron, y los que quieran mirar a otra parte  y contar otra película para echar el carro por el pedregal ya saben que comenzarán a ser corresponsables de lo peor.

Serenidad, antes de echar el carro por el pedregal
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