viernes. 29.03.2024

Simón Ruiz. Dentro de lo normal o con el cielo de cara

Queridos amigos, hace algunos años, como unos treinta, quizás algunos más, treinta y dos posiblemente, ese gran doctor del cartagenerismo que fue D. Isidoro Valverde Álvarez, nos relataba unas deliciosas, a la vez que verdaderas y ocurrentes, "desventuras” (-y alguna que otra ventura-) de nuestro querido equipo. La verdad sea dicha...
Queridos amigos, hace algunos años, como unos treinta, quizás algunos más, treinta y dos posiblemente, ese gran doctor del cartagenerismo que fue D. Isidoro Valverde Álvarez, nos relataba unas deliciosas, a la vez que verdaderas y ocurrentes, "desventuras” (-y alguna que otra ventura-) de nuestro querido equipo.
La verdad sea dicha que, todas y cada una de ellas, llevaban el signo, llevaban el emblema, de lo que ha sido un denominador común en el andar y vida del F.C. Cartagena y lo digo claramente porque así ha sido: desventuras, muchas; venturas, desgraciadamente, muy pocas.
Pues bien, amigos cartageneristas, amigos que, al igual que yo, queréis a vuestro equipo, queréis al Cartagena, ¿es posible que, en este rosario de desventuras acaecidas en este Club durante toda su vida, aunque hayamos cambiado de nombre muchas veces, llegue alguna ventura?. Permitidme que diga que sí; y voy mucho más lejos, -aunque se me tache de presuntuoso-, lo merecemos de nuevo, toda vez que ya pasaron esas tres (-yo diría que dos-) venturas cuales fueron las dos primeras temporadas de la última etapa, en la Liga Adelante, ya que la última fue, más bien, desventura que ventura, por todo lo que acaeció en el Club, con descenso incluído.
Pero ahora, deberemos dar gracias que, pese al agravante económico, hoy, a la orden del día en cualquier ámbito, alguien dio el paso al frente para salir adelante; no me importa cómo se llame, porque lo importante es que seguimos adelante y que, gracias a ellos, volvimos a salir, con la posibilidad añadida de volver a tener otra ventura. Es cierto, que pese a su dinero, ellos deben contar con una masa social que apoye esta, -llamémosla, en principio-, empresa; luego se podrá convertir en ventura (-quiera Dios que así sea-), pero que nunca se convierta en desventura por el bien de todos. 
Cierto es que, estos inicios dubitativos, deportivamente hablando, con tantos empates, nos hacen dudar, pero también reconoceréis que la suerte que han tenido otros equipos, no la hemos tenido nosotros y ya sabéis que el fútbol en Cartagena necesita ese "granum salis” de sus confrontación con el de Murcia. Ellos venturosos (-aunque con descenso-) y nosotros lo contrario. Pero, amigos, esto no ha hecho nada más que empezar y ¡ojalá! que el equipo siga progresando y, lo que es más, materializando las ocasiones de gol, que dicho sea de paso, también se lo merecen los muchachos.
Y termino mi sermón, amigos cartageneristas, y lo termino diciendo: "fortuna fallacior quo blandior”, que traduzco, porque puede guardar relación con lo que acontece: "la suerte, la fortuna es tanto más engañosa cuanto más risueña”. Esperamos, pues, que nos llegue, otra vez la suerte, nos llegue otra vez la fortuna porque estos inicios, no fueron nada risueños y, consecuentemente, de cara se nos aproxime el cielo.
¡Hasta la próxima amigos, salud y suerte!. 

Simón Ruiz. Dentro de lo normal o con el cielo de cara
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