viernes. 29.03.2024

La sonrisa y el ejemplo de Luis Ruipérez

 Y lo creo así porque es el modelo cartagenero por el que suspiran personas como yo, figuras que hacen falta y que debían durar cien años. Pero, no sé por qué, ni yo, ni nadie, Dios se los lleva tan pronto. Inteligentes, trabajadores, entusiastas, amantes de su tierra. Personajes muy...

 Y lo creo así porque es el modelo cartagenero por el que suspiran personas como yo, figuras que hacen falta y que debían durar cien años. Pero, no sé por qué, ni yo, ni nadie, Dios se los lleva tan pronto. Inteligentes, trabajadores, entusiastas, amantes de su tierra. Personajes muy valiosos.

Intentando asimilar el trallazo de tan mala noticia, me acordé inmediatamente de mi cuñado Juan Antonio, muerto también joven, tres años más que Ruipérez, brillante abogado en Barcelona, triunfador y con mucha cuerda todavía, muy amante de su tierra y también de larga enfermedad. Vidas paralelas. Los presenté en Sevilla, hace ya algunos años, el día de la victoria del equipo español en Copa Davis. Tenía prisa por volver a Cartagena pero, siempre amable, nos dedicó un rato. Amable y sonriente, como siempre.

Lo primero que recuerdo de Luis Ruipérez es su sonrisa. De las mejores que he visto. ¿Cómo calificarla?. ¿Atractiva, cariñosa, humanísima, interminable, inolvidable? De las que te convencían y te vencían. Dejémoslo en interminablemente humana. De cine, porque sonreir con esa personalidad y esa hondura era para haberla inmortalizado.

Y después su ejemplo. Me gustan mucho los cartageneros así porque es de los que le hacen falta a la ciudad y por eso los admiro tanto. Luis Ruipérez estuvo en todo y luchando siempre aceptando responsabilidad y trabajo. Era una figura en su profesión. Lo repito : una figura. Y además ejemplo en todo lo importante que tiene Cartagena : La Semana Santa, el FC e incluso la política, en la que tuvo menos suerte pero en la que metió el hombro para que se hiciera el Cartagonova, tan necesario en aquellos momentos. El partido –el entrañablemente cantonal-que ganó y debió defender los intereses cartageneros se diluyó  en el paso de los días en un triste recuerdo. Era el único que  podía haber plantado cara a Murcia y no los dependientes de las grandes casas políticas, los del amén a sus jefes. Pensemos, en fin, que CT casi nunca ha tenido suerte.

Dio la cara Luis Ruipérez como californio al frente de La Flagelación, la agrupación emblemática del Miércoles Santo. Lo veo de nazareno, a lo lejos, delante del trono ofreciendo su sonrisa, otra vez su sonrisa. Con su túnica encarnada,  luchando durante años y poniendo a su Agrupación en muy buen lugar.

Luchó casi más por el fútbol, su pasión, siempre, pero sobre todo por el Cartaganova cuando nuestro fútbol inició una nueva etapa que ahora vive sus tiempos más felices. Fundador de aquel equipo transformado en éste que está de moda no sólo en Cartagena sino que ha traspasado fronteras regionales, mercados y aficiones y lo han tenido que mirar los grandes medios informativos. Decía Guillermo que no ha podido ver ningún Cartagena-Barcelona, pero sí saboreó del gran suceso de La Condomina. Más que sonreir,  reiría entonces.

Es de los que disfrutaban viviendo en Cartagena. Y ahí voy. Envidio y admiro por encima de todo a los cartageneros que, pudiéndose ir como tantos otros, fuera, se quedó en la tierra y triunfó en ella. No fue de la legión de los que se van (yo entre ellos por motivos de oportunidades de trabajo) sino de los que se quedan, trabajan por la tierra y la engrandecen.
Hizo mucho y bien en su corta, a mi me lo parece, vida. Y estuvo en todos los puntos cardinales : procesiones, fútbol, política y en todas triunfó y, desde luego, arrimó el hombro.
Gracias a Dios por los que no se fueron de Cartagena y lucharon por ella, hasta que los llamó y se los llevó con Él. Luis Ruipérez se ha quedado sin su Cartagena y sus calles, sin sus vinos, sin sus charlas con los amigos, sin ver a su tercio desfilando, sin ver los próximos éxitos del FC. Como creyente, sé que estará en un sitio mejor y quizá disfrute más de todo lo que parece que ha perdido visto desde nuestra mentalidad humana.

Trabajó y defendió todo lo que a mí me gusta y me hace vibrar. Por eso mi cariño para este gran cartagenero que nos enseñó a tantos muchas cosas. Y que amó a Cartagena como me gustaría que lo hiciéramos todos. Este es para mí el gran ejemplo de Luis Ruipérez, cartagenero de cartageneros.

Con sus hechos era de los míos, de los que creen que Cartagena sí, Cartagena siempre.

La sonrisa y el ejemplo de Luis Ruipérez
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