Ésta no es categoría para profetas

He conocido, por mi trayectoria profesional, las tres categorías del fútbol español (Primera, Segunda y Segunda B), entre otras, y si algo tengo claro es que la Segunda es otro mundo. Si el fútbol no entiende de lógicas, menos lo hace en la división de plata. He visto equipos hundirse cuando parecían intratables y resurgir a otros cuando eran cenizas. Por eso, ni se puede 'crucificar' al equipo que encadene varios malos resultados ni elevar a los 'cielos de Primera' al que vaya lanzado. Todo puede cambiar. Es la Segunda División, la categoría más irregular, en la que no vale aplicar los criterios que aplicamos en Primera División para lanzar nuestras opiniones. Por eso, lo que para muchos son resultados muy raros e inesperados, para otros son capítulos habituales de esta división.

Dentro de esa ilógica aplastante, un equipo como el Cartagena de esta temporada tiene muchas posibilidades porque es de los más regulares, de los que mejor tratan el balón, porque tiene un goleador (Toché) y porque la plantilla forma 'piña'.

El siguiente reto es la 'batalla del domingo', en la que el Cartagena y su 'pedazo de jugador número 12' afrontan la 'etapa reina' del calendario. Viene el Real Murcia en la 'madre de todos los partidos'. No es el debilucho equipo de la primera vuelta y ahora es uno de los visitantes que más puntos arrancan, además de que llegan con un montón de 'espinas' clavadas por aquel 1-4 de Nueva Condomina. Hay muchos alicientes, pero por encima de todos ellos existe un botín de tres puntos, se consigan como se consigan, porque cuando quedan 'once finales' para acabar la liga cada victoria vale doble y más en casos como éste en el que un quinielista profesional (sin simpatías por ninguno, sólo por el dinero) se lo jugaría al 1X2.

Esta categoría no es categoría para los profetas... pero sí para los que sueñan.