viernes. 29.03.2024

Toché, el delantero de las mil ofertas

Sencillamente no me fío, digo y redigo, porque en cualquier momento, aunque Hector Cúper haya avalado su fichaje para los cántabros como entrenador que necesita goles a favor, Toché es capaz, o seguramente su representante, de dar un quiebro y dejar sentado al opositor a su contratación. Así de fácil....

Sencillamente no me fío, digo y redigo, porque en cualquier momento, aunque Hector Cúper haya avalado su fichaje para los cántabros como entrenador que necesita goles a favor, Toché es capaz, o seguramente su representante, de dar un quiebro y dejar sentado al opositor a su contratación. Así de fácil.

Es muy probable que la situación de crisis, el trajín de la aplicación de las leyes concursales y otros factores hagan entrar en dudas a Toché, a quien este verano se le ha atribuido estar en la órbita (expresión que me cae gorda, lo reconozco) de al menos veinte clubes de seis o siete países del mismo continente, el europeo. Pero es que los jugadores son como satélites que dan vueltas alrededor del rey sol que son los clubes ávidos en la tarea de ir cerrando sus plantillas, sin que les cuelen demasiadas ‘bacaladas’.

Por algo este verano Toché es el campeón de los culebrones y el animador número uno de todos los comentarios relacionados con el mercado de jugadores en gestiones para hallar destino entre Primera y Segunda. La duración del contrato y su cuantía ha sido y es el caballo de batalla. Son matices, los consabidos flecos que no acaban de ser cerrados.

El de Santomera ha barajado entre tres o cuatro años de compromiso a firmar en el contrato. Lo normal cuando sus dos buenas campañas de albinegro son argumentos válidos para que se cotice con decencia. Haría mal admitiendo jugar por un plato de lentejas, tras ser aclamado en el Cartagonova, porque él se lo ha currado. Lo hemos visto pelear en el área propia, y a renglón seguido darse la carrera para defender en un saque de esquina en el área de Kiko Casilla. Se ha 'vaciado' y así el público lo ha reconocido porque una cosa es cierta; el público no es tonto y casi todas sus reacciones están justificadas. Recuerdo aquella reacción ante el gato por liebre que le quisieron dar en el último Cartagena-Girona (1-0), con los del JIM jugando al tran tran cuando la superioridad numérica era apabullante. Es muy cierto que el algodón no engaña. Ese día hasta al genial Botelho se le fue un poco la olla y contestó al público de aquella manera...y ahora Juan Ignacio lo tiene de nuevo con él en el Levante.
 
Todavía, a lo que iba, a mediados de julio Toché se encuentra en condiciones de esperar y de hacerse esperar. Pero…cuidado que a la vuelta de ocho o diez días ese abanico de clubes enamorados de sus cualidades puede verse reducido a extremos insospechados. La flor se puede marchitar.

Marear la perdiz, utilizar una táctica dilatoria  en los diálogos es aceptable y entra en el juego pero se me antoja no muy recomendable cuando los equipos necesitados de un ‘killer’ van cubriendo huecos y tachan nombres en las listas. El desembarco de Toché en las playas del Sardinero se demora unas horas. Todo puede suceder. Entretanto me atrevo a asegurar que el agente o representante del jugador se está gananando el sueldo, y Toché la gloria.

Lo dicho: un culebrón de mucho cuidado.

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