Había un anuncio que se hizo famoso por lo que acababa diciendo, aquello de que el algodón no engaña. Y eso fue lo que me pareció a mí este sábado agosteño en Pinatar Arena, que ví a un Cartagena que poco va a engañar esta temporada. Que vamos a poder confiar en él, vamos.
Decía Víctor Fernández al acabar el derbi que este Cartagena se le iba pareciendo mucho a él. Y es posible que lleve razón. A mí al menos, me lo parece. Me deja buenas sensaciones de la misma manera que aquel Cartagena del ‘Gladiador’ Ribas, al que daba pena verlo jugar. Recuerdo un partido en El Algar que muchos os acordaréis y que duró más de dos interminables horas. Aquello era infumable, sin goles, sin juego, sin nada. Muchos ya dijimos aquella tarde que aquel Cartagena era un puro desastre. Está escrito.
Este Cartagena sin embargo es bien distinto y las sacudidas que deja son francamente buenas. Yo salí contento en el derbi más por la imagen que por cualquier otra cosa. Hasta que apareció el viento ví a un buen equipo del que no quiero atreverme a aventurar nada pero el pálpito es bueno y me gusta a lo que juega Víctor.
A mí me da que quiere encontrar aquella tecla de Juan Ignacio Martínez en los albores de aquella temporada que rayó lo fantástico, el balón jugado desde atrás con un buen cuarteto defensivo, un pivote defensivo, otro pivote organizador, dos buenos extremos rápidos, el media punta que era Víctor y un caza-goles como Toché.
No quiero comparar que siempre es odioso pero este Cartagena tiene trazas de aquel equipo serio que tanto hizo soñar a tantos.
Lo que yo quiero decir es que este Cartagena no engaña, que me recuerda a lo del algodón. A mí me da que tiene buena pinta y no sabría atreverme a decir que muy buena pinta, por eso creo que nos vamos a divertir.
