Celta: Sergio; Hugo Mallo, Roberto Lago, Oier y Túñez; Bustos y Álex López; De Lucas, Orellana y Bermejo; Iago Aspas
Numancia: Zabal; Malón, Nano, Cabrera y Culebras; Nagore, Sunny y Bedoya; Natalio, Juanjo y Lago Júnior.
Goles: 1-0 Aspas (min. 2) 2-0 Bermejo (min. 14) 3-0 Aspas (min. 44) 4-0 Orellana (min. 58) 5-0 Toni (min. 82)
El Celta duerme líder a la espera de lo que haga el Deportivo (sábado 18.00) en Guadalajara después de golear al equipo de Soria. Aspas abrió la lata a los dos minutos del pitido inicial, Bermejo encarriló el encuentro al cuarto de hora y otra vez Aspas volvió a saborear el gol para finiquitar el partido al límite del descanso; Orellana y Toni redondearon el resultado en una segunda mitad para olvidar.
El Numancia, muy desdibujado, concedió muchos metros entre su zaga y la portería de Zabal. Para este Celta, que se desenvuelve a las mil maravillas jugando con espacios, fue coser y cantar.
Apenas había comenzado a rodar la pelota cuando una ruptura de De Lucas por la banda desarboló la defensa numantina. El catalán se enfrentó al guardameta con la ayuda de Aspas, único jugador del campo que acompañó la jugada, dobló la pelota y el de Moaña empujó al fondo de la red sin problemas (min. 2).
El partido se ponía con viento a favor para los pupilos de Paco Herrera. A los diez minutos, una jugada calcada acabó de nuevo con el balón dentro del arco de Zabal. En este caso De Lucas llegó al área rival con dos escuderos. El catalán volvió a doblar el esférico, Aspas amagó para engañar al portero y Bermejo, con todo el tiempo del mundo, embocó la pelota sin problemas. Los rojillos estaban pagando la osadía de plantear el partido con una defensa adelantada. Corría el minuto 14 de partido y Balaídos ya era una fiesta.
El Celta se dedicó a realizar transiciones largas con el balón y a esperar a un nuevo hueco en la zaga de su oponente. Un oponente que saltó con poca fe, que se quedó sin ella al cuarto de hora y que entregó la cuchara poco antes del descanso con el segundo de Aspas, tercero del Celta. En esta ocasión con Orellana como asistente. El chileno ganó la línea de fondo a base de caracoleos y sacó el pase de la muerte. Aspas falló la primera intentona pero la fortuna le otorgó una nueva oportunidad que no perdonó. Como síntoma de lo que se estaba viviendo en el campo, el delantero celeste, siempre tan expresivo, casi no festejó el tanto consciente de la superioridad de su equipo.
Una escaramuza de Orellana y otra de Toni rompieron sirvieron para redondear el marcador de Balaídos.
