viernes. 29.03.2024
El periodista Ruiz, de El Día, escribe que el órdoba no tiene columna vertebral. O sí la tiene, pero no le da resultado. Después de cuatro jornadas, el equipo de Lucas Alcaraz sigue buscando su identidad sin un once tipo definido. Cuatro partidos, cuatro alineaciones distintas y sensaciones dispares, con voluntad para manejar la pelota por momentos y una endeblez defensiva que asusta. Y entre medias, dos eliminatorias ganadas de la Copa del Rey que han generado fatiga y expectativas luego incumplidas.

El mal arranque liguero, con un solo punto sobre doce posibles (1-1 en Salamanca, 2-3 frente al Rayo Vallecano, 3-2 en Vigo y 0-2 contra el Xerez), cinco goles a favor y nueve en contra -es el conjunto más batido de Segunda División, empatado con el Tenerife y la Ponferradina, los dos últimos de la clasificación-, tiene al conjunto blanquiverde cuarto por la cola y señalado por los pitos de la afición por la derrota del pasado sábado, la tercera consecutiva. Los datos contrastan con los siete puntos amasados en la misma fase del campeonato anterior, cuando un bloque renovado se repuso al mazazo del debut (3-0 en Sevilla) con actuaciones productivas ante el Villarreal B (3-1), en Cádiz (0-0) y frente al Celta (1-0). Con cuatro tantos a favor y los mismos en contra, el CCF prometía y, sobre todo, sumaba. Su base estaba formada por Raúl Navas, Gaspar, Jorge Luque y Pepe Díaz; ahora, los inestables pilares son el gaditano y el cordobés, amén de Agus y Usero.

Siete jugadores han sido titulares en las cuatro jornadas: Navas, Gerardo, Agus, Usero, Arteaga, Jonathan Sesma y Charles. Pepe Díaz también tiene el cartel de fijo, aunque en Balaídos fue suplente en beneficio de Oriol Riera por el cansancio que arrastraba de la Copa. Bailan el central derecho (Richy en las tres primeras fechas, Tena en el derbi), el lateral izquierdo (Fuentes ha sido desbancado por Camille, titular en los dos últimos compromisos) y el acompañante de Usero en la zona ancha (Alberto Aguilar jugó en el Helmántico y contra el Rayo, pero fue suplente ante el Celta y el otro día apenas calentó; Beobide se ha hecho con el puesto).

Alcaraz no termina de dar con la tecla. Evidentemente, tiene sus futbolistas preferidos, pero la sangría de goles en contra le ha llevado a hacer pruebas en la defensa y en el doble pivote. Ya ha utilizado a 19 jugadores en la Liga; a los 15 citados hay que añadir a Jorge Luque (tres encuentros), Díaz de Cerio (dos), Juanmi Callejón (dos) y Javi Flores (uno), siempre recursos del banquillo. Llama la atención que De Cerio, el fichaje estrella del proyecto, no participó en Vigo y ni siquiera fue convocado para recibir al Xerez. En el ostracismo permanecen Alberto García (el portero de la Copa del Rey), David de Coz (a la sombra de Gerardo, ha cumplido con creces en el torneo del k.o.), el defenestrado Dañobeitia (no quiso marcharse a pesar de la recomendación del club y es el último en los planes del entrenador) y los lesionados de larga duración Gaspar y Cabrera.

El Córdoba tiene un armazón reconocible, pero sus protagonistas no están dando la talla. Raúl Navas, en el ojo del huracán durante el verano por la supuesta prima de 100.000 euros que le dieron por el 4-0 ante el Hércules, ha encajado nueve goles a pesar de que el equipo no recibe muchas ocasiones. Le llegan relativamente poco, le marcan mucho. Atrás se echa de menos a Gaspar, de baja hasta febrero por su grave lesión de rodilla; Agus es intocable para Lucas (ha posado en la foto en los seis compromisos oficiales), pero no está fino y el sábado cuajó una de sus peores actuaciones como blanquiverde.

La temporada pasada empezó como lateral zurdo y terminó como central, aunque le pasó factura el desgaste físico. Jorge Luque, fundamental en el manejo de los partidos en la primera vuelta de la campaña anterior -en la cuarta jornada se cayó del once por unas molestias, pero se hizo fuerte en su alianza con Jesús Rueda-, no está ejerciendo de revulsivo en la administración del balón cuando el equipo lo requiere en los segundos tiempos; Usero, gafado en ataque con dos lanzamientos a los palos, todavía no se ha hecho con las riendas en el centro del campo, donde se cuece todo. Y en la delantera, los números de Pepe Díaz hablan por sí solos: el de Almodóvar, pichichi cordobesista con 15 goles en la Liga 09-10, llevaba dos a estas alturas hace un año, y ahora casi no tiene ocasiones. Fallan los jugadores, falla el equipo. Alcaraz tiene trabajo en su propósito de volver a configurar un bloque competitivo.

En Córdoba dicen que Lucas Alcaraz no da con la tecla y su equipo es el más...
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