Así la deuda queda sin dueño. Es decir, que nadie la paga, desaparece, mientras que la nueva entidad empieza completamente de cero, sin retomar nada. En cambio, sí pueden comprar la plaza de la categoría que ocupen, así como los derechos federativos, que incluyen plantilla, trabajadores y algunas otras opciones añadidas. Todo ventajas para la nueva sociedad, informa David Romero.
Estos casos se han visto recientemente con el Lleida y el Terrasa en España, estando el primero incluso jugando los playoffs de ascenso a Segunda División. En proceso de ello está la Unión Deportiva Salamanca, la que Juan José Hidalgo quiere liquidar con una deuda de más de veinte millones de euros, tanto a Hacienda como a otros acreedores, para crear un nuevo club y comprar los derechos federativos, manteniendo plaza en Segunda B, plantilla y cantera.
Las nuevas medidas harán que cualquier club que sustituya a otro liquidado. Parece imposible eso de sustituir, pero la RFEF ha puesto suficientes indicios como para poder juzgar. Las condiciones son las siguientes:
- Disputar partidos en el mismo terreno de juego, aunque éste cambie de nombre.
- Tener el mismo domicilio social.
- Que alguno de los fundadores o directivos del nuevo club lo hubiera sido del liquidado.
- Tomar la misma estructura deportiva de la base.
- Utilizar una equipación igual o similar.
- Utilización de un escudo similar.
- Otros indicios que den lugar a confusión, cuando exista similitud objetiva o subjetiva.
De esta manera, la Unión Deportiva Salamanca podría ser el primer club en el que se valoren estas nuevas normas, salvo que los salmantinos logren realizar todo el proceso antes de que esto entre en vigor. De cualquier manera, desde la Federación se podría investigar aun así el hecho, aunque no ya el del Lleida por antigüedad.
