miércoles. 24.04.2024

Aprovechando la relativa cercanía de Granada con Cartagena y mi barcelonismo confeso quise aprovechar este sábado la oportunidad que brindaba el calendario para viajar hasta Granada, saludar a grandes amigos y, de paso, vivir y sentir el pulso de un club y de una ciudad como la de La Alhambra

Una ciudad y una provincia que vive los colores del Granada, Esa fue la principal lectura que me llevé después de vivir el histórico Granada-Barça con todos los ingredientes que llevaba, antes, durante y después del encuentro y con el 24 alirón final de los de Messi y compañía. También tengo claro que si el Granada no hubiese hecho lo que hizo en Sevilla a estas alturas sería pasto de Segunda División. Pero eso es otra historia.

Os contaba lo de la envidia sana por ver lo que ví. Y es verdad. El Granada, para la ciudad y para la provincia, yo creo que supone lo que para Cartagena pueda ser Refinería, Navantia y Savic juntos. Eso, o más. Porque alrededor del Granada todos ganan. Aunque sea vendiendo pipas a 2 euros, pero todos ganan, los restaurante, hoteles, y taxistas los primeros. Pero gana la ciudad. Y en ella Quique Pina es el rey.

Porque hay que ver lo que, hoy por hoy, el público de Granada quiere a Quique Pina y también a Juan Carlos Cordero. La afición los adora. Los Cñármenes estaban lleno de mensajes de cariño, no quieren que se vayan a ninguna parte. Saben lo que han hecho y los quieren a su lado.

Me llamó también la atención Javi Rufete, actual jefe de prensa del Granada que un día tuvo que salir corriendo del Cartagena, en dónde también era un jefe de prensa magnífico –probablemente el mejor que hasta ahora hemos tenido, mejorando lo presente por supuesto- y sólo las tropelías y los disparates que un día sí y al otro también cometía Paco Gómez –el que era dueño del club-  le hizo a Javi poner pies en polvorosa. Quique Pina y Juan Carlos Cordero, tipos listos que son, tardaron dos telediarios en llamarle y decirle a Javi que se enrolase con ellos.

Me imaginaba, viendo a Rufete en toda la salsa de Los Cármenes, que le estará dando gracias a Dios todos los días por obligarle, con sus tonterías, a marcharse del Cartagonova. Ahí está, disfrutando en Primera.

Por eso no pude evitar sentir la sana envidia de estos casos al ver como un equipo que era lo mismo que el Cartagena en Segunda B ha sabido modernizarse, hacer las cosas pero que muy bien y estar a punto de iniciar su sexta temporada consecutiva en Primera División. Un sueño dorado en el que tanto Quique Pina como Juan Carlos Cordero tienen mucho que ver.

Granada: la sana envidia de un equipo y de una ciudad en Primera División
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