28 de diciembre de 2010, 1:00
Estuvimos con Sebastián hace unos días tan sólo. Estuvimos con él en el estadio Cartagonova a dónde acudió junto a un par de amigos a presenciar el entrenamiento. Quien tuvo retuvo y Sebas no deja de seguir la actualidad de este mejorado Cartagena, al que le desea lo mejor.
Sebas, con 54 años, está casi cómo cuando se retiró hace ya dos décadas. Con el pelo blanco por completo, con el mismo deje a la hora de hablar y con trabajo aún en tiempos de crisis. Sebas ha sido muchas cosas desde que abandonó el fútbol, desde patrón y armador de un barco pesquero con base en Santa Lucía con el que ha faenado lo indecible para sacar el pan hasta una constructora que, como tantas otras, tuvo que acabar cerrándola.
El ex meta cartagenerista tuvo su mejor época cuando el Cartagena jugaba en tercera a finales de los años setenta, luego llegó el salto a Segunda B de la mano de Baby en aquel equipo dónde él era indiscutible. Indiscutible hasta que una tarde se le fue ‘la olla’ al descanso de un Cartagena-Calvo Sotelo. Una agresión al colegiado de turno y un buen lio en aquel túnel de vestuario motivó que el partido se suspendiera al descanso, que lo sancionaran fuertemente y que hubiese que fichar a prisa y corriendo al portero Paco López –seguramente el mejor en la historia de aquellos años del histórico Efesé- y abrir así una etapa de oro porque aquel fue el inicio de una gran época. Esa temporada acabó en el ascenso a Segunda A en el que Sebas ya jugó muy poco y acabó retirándose del fútbol de forma paulatina.
Hoy Sebas es feliz, está bien. El que le vea se dará cuenta de que sigue casi como estaba. Pero la ‘morriña’ por jugar no se la quita nadie. Esa mañana en la que estuvimos juntos en el Estadio fue el primero en darse cuenta que el Cartagena sólo tenía a un portero (Casilla) trabajando y el otro era del filial ya que Rebollo se recuperaba de aquel golpe sufrido en Campoamor.
Sebas, genio y figura. Muchos aficionados se alegrarán de tener noticias suyas. Seguiremos con otros ‘grandes’ que lo han sido todo en el Cartagena.
Sebas, con 54 años, está casi cómo cuando se retiró hace ya dos décadas. Con el pelo blanco por completo, con el mismo deje a la hora de hablar y con trabajo aún en tiempos de crisis. Sebas ha sido muchas cosas desde que abandonó el fútbol, desde patrón y armador de un barco pesquero con base en Santa Lucía con el que ha faenado lo indecible para sacar el pan hasta una constructora que, como tantas otras, tuvo que acabar cerrándola.
El ex meta cartagenerista tuvo su mejor época cuando el Cartagena jugaba en tercera a finales de los años setenta, luego llegó el salto a Segunda B de la mano de Baby en aquel equipo dónde él era indiscutible. Indiscutible hasta que una tarde se le fue ‘la olla’ al descanso de un Cartagena-Calvo Sotelo. Una agresión al colegiado de turno y un buen lio en aquel túnel de vestuario motivó que el partido se suspendiera al descanso, que lo sancionaran fuertemente y que hubiese que fichar a prisa y corriendo al portero Paco López –seguramente el mejor en la historia de aquellos años del histórico Efesé- y abrir así una etapa de oro porque aquel fue el inicio de una gran época. Esa temporada acabó en el ascenso a Segunda A en el que Sebas ya jugó muy poco y acabó retirándose del fútbol de forma paulatina.
Hoy Sebas es feliz, está bien. El que le vea se dará cuenta de que sigue casi como estaba. Pero la ‘morriña’ por jugar no se la quita nadie. Esa mañana en la que estuvimos juntos en el Estadio fue el primero en darse cuenta que el Cartagena sólo tenía a un portero (Casilla) trabajando y el otro era del filial ya que Rebollo se recuperaba de aquel golpe sufrido en Campoamor.
Sebas, genio y figura. Muchos aficionados se alegrarán de tener noticias suyas. Seguiremos con otros ‘grandes’ que lo han sido todo en el Cartagena.
