27 de abril de 2013, 23:03
¿Qué ocurrió en el partido Caravaca-La Unión para que los jugadores visitantes y en general el grupo viajero fuese objeto de malos tratos en el campo de El Morao? La respuesta se obtiene de observadores que pronto se percataron de que, por las fiestas caravaqueñas, unos cuantos acudieron al recinto futbolístico con una copa de más y además provistos de bebidas en el propio campo para seguir bebiendo.
Eso justificaría el comportamiento de unos sectores de aficionados que, por supuesto, no representan a la ciudad de Caravaca de la Cruz. Pero lo lamentable es que el máximo responsable del club caravaqueño actuase 'alegre' al atacar verbalmente a la representación unionense, que lo ha pasado verdaderamente mal en el partido, al margen del resultado de 3-1 que casi es un dato secundario ante los despropósitos cometidos en el recinto de aquel club del Noroeste de la Región.
