9 de junio de 2013, 15:24
El director deportivo levantinista había dicho por la mañana que en todos los aspectos sus dos temporadas han sido brillantes. «No te veo en el futuro del club», fue el único argumento que dio Salvador al técnico para comunicarle que no le ofrece la renovación, informa Molins en Las Provincias.
De esta forma, por la puerta de atrás, sin homenajes e incluso sin la presencia de Quico Catalán -que no apareció ni en la explicación de Salvador ni en el adiós de Juan Ignacio-, el Levante despidió al mejor entrenador de su historia.
El martes el consejo aceptó por unanimidad la decisión del director deportivo de no renovar al de Rabasa, y como no se pudo producir una reunión para comunicárselo al técnico, la cita fue el miércoles por la mañana. Aunque estaba prevista en el estadio, se desarrolló en otro lugar por petición del alicantino. Allí, Salvador, muy serio y aceptando que no tenía argumentos, le transmitió el mensaje a JIM. «Si en muchas ocasiones se cambian los entrenadores por los resultados, en este caso creo que no ha sido por eso», explicó más tarde el preparador.
La percepción con la que se marcha el cuerpo técnico -sus ayudantes también dejan el club- es que la decisión no ha sido «por motivos deportivos», como aseguró Salvador, sino que han pesado opiniones y puntos de vista del presidente, que tenía muy poco 'feeling' con el entrenador. Aunque la postura oficial es que Catalán había viajado a Granada para acudir hoy a la reunión de la LFP, el gesto de no estar presente en la despedida de Juan Ignacio denota un claro distanciamiento.
Emocionado, pero sin llegar a las lágrimas, el técnico se marchó sin rencores. «Ha sido un honor formar parte de este club centenario. Hemos crecido juntos, mejorando cada día. Ha supuesto un gran salto en mi carrera. Si buscáis algún reproche no lo vais a encontrar porque sólo tengo palabras de agradecimiento a la entidad por la oportunidad que me ha dado», comentó.
Sin embargo, sí considera injusta la decisión. «Manolo me ha dicho que el futuro no pasa por mis manos, y tengo que respetarlo. Me voy muy orgulloso de todo lo que he conseguido, he paseado el nombre del Levante por Europa», resaltó.
Desde que el equipo consiguió la permanencia matemática, Juan Ignacio esperaba que el club le explicara qué pensaba hacer con él, pero esa comunicación se ha demorado 25 días. Con una reunión de más de ocho horas por en medio en la que Salvador le dio esperanzas de continuar a Juan Ignacio, pero la decisión ya estaba tomada, lo que ha provocado que el entrenador se marche muy molesto.
El martes el consejo aceptó por unanimidad la decisión del director deportivo de no renovar al de Rabasa, y como no se pudo producir una reunión para comunicárselo al técnico, la cita fue el miércoles por la mañana. Aunque estaba prevista en el estadio, se desarrolló en otro lugar por petición del alicantino. Allí, Salvador, muy serio y aceptando que no tenía argumentos, le transmitió el mensaje a JIM. «Si en muchas ocasiones se cambian los entrenadores por los resultados, en este caso creo que no ha sido por eso», explicó más tarde el preparador.
La percepción con la que se marcha el cuerpo técnico -sus ayudantes también dejan el club- es que la decisión no ha sido «por motivos deportivos», como aseguró Salvador, sino que han pesado opiniones y puntos de vista del presidente, que tenía muy poco 'feeling' con el entrenador. Aunque la postura oficial es que Catalán había viajado a Granada para acudir hoy a la reunión de la LFP, el gesto de no estar presente en la despedida de Juan Ignacio denota un claro distanciamiento.
Emocionado, pero sin llegar a las lágrimas, el técnico se marchó sin rencores. «Ha sido un honor formar parte de este club centenario. Hemos crecido juntos, mejorando cada día. Ha supuesto un gran salto en mi carrera. Si buscáis algún reproche no lo vais a encontrar porque sólo tengo palabras de agradecimiento a la entidad por la oportunidad que me ha dado», comentó.
Sin embargo, sí considera injusta la decisión. «Manolo me ha dicho que el futuro no pasa por mis manos, y tengo que respetarlo. Me voy muy orgulloso de todo lo que he conseguido, he paseado el nombre del Levante por Europa», resaltó.
Desde que el equipo consiguió la permanencia matemática, Juan Ignacio esperaba que el club le explicara qué pensaba hacer con él, pero esa comunicación se ha demorado 25 días. Con una reunión de más de ocho horas por en medio en la que Salvador le dio esperanzas de continuar a Juan Ignacio, pero la decisión ya estaba tomada, lo que ha provocado que el entrenador se marche muy molesto.
