El cartagenero Jorge Cordero y el ex cartagenerista David Buitrago acaban de regresar de Montevideo (Uruguay), dónde han permanecido en los diez últimos días con la principal finalidad de ir perfilando la parcela deportiva del Sud América, un histórico de la Primera División uruguaya. Jorge Cordero empezó la pasada campaña como director deportivo en el Cádiz, club en el que sigue colaborando el que fuera director deportivo del FC Cartagena en segunda, el caravaqueño David Buitrago. En estos momentos ambos son empleados del Cádiz.
Hay que matizar que el acuerdo aún no está cerrado, cuando esto ocurra Quique Pina será su dueño absoluto y tanto Jorge Cordero como el que era conocido como ‘el Buitre’ tendrán prácticamente carta blanca para decidir con que jugadores cuenta.
La Institución Atlética Sud América, también conocida como IASA o simplemente Sud América, tiene su sede en la ciudad de Montevideo. Fue fundado en 1914 y disputa el campeonato de Primera División.
Sud América actualmente se ha convertido en una sociedad anónima deportiva bajo la denominación de S.A.D. Sud América, aunque no es popularmente conocido como tal. Su presidente es el argentino Vicente Celio y Quique Pina se encuentra detrás de todo ese entramado, cerrando los típicos flecos de una operación de este calibre.
Tanto Jorge Cordero como David Buitrago han pasado las dos últimas semanas viendo detalles, observando, comprobando lo que falta y lo que no, hablando con los jugadores y disponiendo a dos entrenador, el murciano José Emilio Riquelme Galiana (1967).
Natural de Abanilla, que la pasada campaña salvó al Eldense del descenso a Tercera División y el catalán Manolo Sánchez, que estuvo como ‘segundo’ de Pedro Cordero cuando éste era el director deportivo del Tenerife. Riquelme Galiana se ha convertido en el primer español que entrena en la Primera división uruguaya.
Antes de que acabe el año tanto Jorge como Buitrago tienen previsto otro viaje a Montevideo, para entonces se espera que Quique Pina ya lo tenga todo cerrado y que este club uruguayo se convierta en el primero de propiedad española, dirigido por un cartagenero y un ex cartagenerista.
