Año tras año los que fueron compañeros de Aroca, el malogrado futbolista de Corvera, rinden homenaje al que fue delantero de ambos equipos. A esta celebración asisten los padres y familiares del extinto, y en la jornada anterior, Miércoles Santo, se lleva a cabo, por la organización del Memorial, una visita al cementerio de la localidad de Corvera para depositar un ramo de flores en la tumba del que fue querido jugador.
El ritual del Memorial finaliza con el tradicional almuerzo de hermandad, en el Deportivo Santa Ana, en el mismo polígono residencial.