miércoles. 24.04.2024
En dicha misiva, el empresario navarro hace público el sueño que tiene en su cabeza para la temporada que viene, que no es otro que el devolver al Betis y a los béticos a la máxima categoría del fútbol nacional, con un estadio lleno y la unión de todo el Beticismo, y recuerda los sentimientos que le envolvieron la mañana del miércoles pasado, día en que por la tarde se hizo oficial el traspaso de poderes de FARUSA a Bitton Sport, empresa a la que él representa junto a Ángel Vergara.

Oliver cree que habrá errores “pues claro. Todo el que dirige los comete. Lo que importa es que sean más los aciertos. En eso pondremos todo nuestro esfuerzo. Pero preocupación, responsabilidad y orgullo pueden sentirlo otros dirigentes de otros equipos”. A continuación reproducimos la carta al completo:

LA EMOCIÓN DE SENTIRTE BÉTICO

En la mañana del siguiente día aquel en el que concluimos, tras una dura negociación, la adquisición del paquete bético mayoritario, me levanté muy temprano. Bueno, para ser sinceros, no pude dormir. Como mucho, una hora de duermevela. Supongo que nadie se extrañará. ¿Quién podría dormir después de haber conseguido penetrar en esta maravillosa casa que el Real Betis? ¿Cómo dormir cuando te inunda un sentimiento profundo después de haber alcanzado un sueño? Porque ser y estar en el Betis es un sueño, un enorme sueño. Entonces ¿qué más se puede soñar?

Mientras me afeitaba pensé qué sentimiento era el que predominaba en mí este día. Me pregunté ‘¿qué sientes realmente?’ ¿Preocupación y responsabilidad?’ Sí, claro. ¿Quién no sentiría la responsabilidad de gestionar algo tan grande como el Betis? ¿Quién no estaría preocupado por no defraudar a los miles de aficionados y a los millones de seguidores? Pero aparte de responsabilidad, ¿no sientes vanidad? Sí, claro. No tengo el menor reparo en confesarlo. Me siento extremadamente orgulloso de formar parte del equipo que dirigirá esta casa, de los que pondremos todo nuestro tiempo, esfuerzo y saber hacer para situar a la entidad donde debe estar. ¿Cometeremos errores? Pues claro. Todo el que dirige los comete. Lo que importa es que sean más los aciertos.

En eso pondremos todo nuestro esfuerzo. Pero preocupación, responsabilidad y orgullo pueden sentirlo otros dirigentes de otros equipos. ¿No hay algo más? Pues sí, sentía algo más, algo que sólo se percibe en esta casa nuestra que es el Real Betis. ¿Y qué es ese algo más? Emoción. ¿Emoción? Sí, emoción. Me sentía emocionado. ¿Y qué es eso? Emoción es lo que hemos sentido algunas veces en nuestra vida. Bueno, no sé si todos, pero desde luego los que no tenemos el alma compuesta de piel de elefante. Pertenecer al Betis es bueno, bonito, y todo lo que se quiera, pero, sobre todo, es emocionante. Es compartir un proyecto en el que el lazo que nos une se teje con el hilo de la emoción. Ahora mismo, cuando escribo esto, siento una emoción que no sé explicar con palabras. No creo que haya ningún escritor capaz de describir la emoción que inunda a los béticos por el hecho de serlo, de vivirlo, de almacenarlo en nuestros corazones.

Os digo una cosa: no es verdad que no soñara aquella mañana. Soñé. Y mi sueño era nuestro estadio repleto, cincuenta mil corazones dentro vibrando, otros centenares de miles fuera del estadio siguiendo; se jugaba el partido decisivo. Si ganábamos, subíamos. Aquel gol, Dios mío. ¡Vaya gol! Ya estábamos en Primera. En ese momento me desperté.

Pero el sueño seguía en mis adentros. Y es que entonces me di cuenta de que no es sólo un sueño. Será realidad. Porque cuando una afición como la nuestra se une alrededor de un proyecto, ¿quién será capaz de detenernos? Cuando además de trabajo, voluntad, tesón, aciertos y errores, todos nos unimos en el esfuerzo cincelado con la emoción, ¿quién podrá pararnos?

Lo que sucede es que no se si seré capaz de resistir la sensación del día en que ese partido de mis sueños, ese instante que viví aquella mañana, se convierta en realidad. No queda tanto tiempo. Pero no importa si yo resistiré o no. Lo que cuenta es que quiero que la vivan todos los que que aman al Betis. Y la viviremos. De eso estoy seguro. El poeta dijo aquello de “tengo ilusiones escondidas en una urna y tres anhelos con romero en un tarro”. Yo tengo una esperanza y un anhelo escondidos en el lugar donde vive la emoción. No necesito explicaros cual es mi esperanza y mi anhelo porque son los mismos que los vuestros. Así que... ¡Viva el Betis manque pierda!

Luis Oliver.

Consejero Deportivo del Real Betis Balompié.

Luis Oliver escribe una curiosa carta a la afición del Betis
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