Convulsión en el Hércules de Alicante, en su regimen interno. Guerra en la cúpula. El diario Información señala que nunca antes en sus casi noventa años de historia se ha visto al club alicantino arrojado al vacío como en las últimas horas, por obra y gracia de una decisión del que sigue controlando el poder accionarial de la entidad a la sombra.
Desprovisto de cualquier rasgo de arrepentimiento, Ortiz observó la "revuelta" directiva como un pulso y dejó claro durante la conversación que mantuvo ayer por la mañana con Perfecto Palacio que no tenía intención de deshacer el nombramiento de Carlos Parodi como consejero delegado, circunstancia que generó el cisma en el comité ejecutivo.
Según rueden las cosas, el director deportivo Sergio Fernández abandona y con él incluso el entrenador Mandiá podría hacerlo. Habrá que aguardar los próximos acontecimientos.
Mandiá, que puso como condición para sentarse en el banquillo blanquiazul la presencia del exdirector deportivo en los despachos, se queda sin su principal valedor en el proyecto. Además, la dimisión de Perfecto Palacio tampoco ayuda a la continuidad del todavía preparador del Hércules.
Todo indica que la relación de Mandiá con Ortiz no es buena, sobre todo porque el propietario del club nunca deseó el regreso del entrenador que le dejó colgado cuando optó por romper su contrato para firmar por el Racing de Santander.
La intención del dueño del estadio José Rico Pérez es la de restituir a su hija Laura Ortiz al frente de la entidad. La excelente relación que impera entre ella y Rufete coloca al futbolista de Benejúzar el primero en la lista para ocupar la vacante que deja Sergio Fernández en la dirección deportiva. De producirse este hecho, la situación de Mandiá pasaría a ser desesperada, puesto que el técnico gallego fue el responsable directo de que el excapitán quedara apartado del equipo por no contar con él a pesar de disponer de contrato en vigor.
