2 de agosto de 2010, 2:00
El día amaneció gris. Un presagio. La confirmación se produjo con los rostros extremadamente serios y los comentarios en voz baja de jugadores y técnicos al echar un vistazo al dossier de prensa en el hall del hotel, minutos antes de realizar el primer entrenamiento. Raúl Navas apenas se adentró en ese ambiente enrarecido: llegó y se colocó en una esquina, junto a Pierini. Poco a poco, varios compañeros se fueron acercando para arroparle. Todos se habían ido enterando de la noticia: el portero está señalado en el supuesto amaño del Hércules-Córdoba (4-0) disputado el pasado 10 de mayo. Un lunes negro.
Las investigaciones derivadas de la Operación Brugal apuntan que el Hércules, por orden de su máximo accionista (Enrique Ortiz) y con su capitán (Tote) como intermediario, consiguió con el Córdoba lo que se le resistió con el Salamanca, el Girona y el Recreativo. Al parecer, la plantilla blanquiverde rechazó una prima de 300.000 euros por dejarse ganar, pero supuestamente el guardameta sí agarró una de 100.000 a título personal. El Betis está muy pendiente de las decisiones que puedan adoptar la Federación Española y el CSD ante la posible adulteración de la competición, aunque el juez ha archivado la causa al no ser delito la compra de partidos hasta que en diciembre entre en vigor la reforma del Código Penal. La Fiscalía Anticorrupción pretende que el asunto no caiga en saco roto.
Raúl intentó abstraerse de la marejada a lo largo de la jornada y dio la cara después del almuerzo. Convocó a los periodistas con un propósito claro: limpiar su imagen y agradecer el respaldo de todos los estamentos del club. El revuelo no le había pillado por sorpresa. "Ya hoy -por ayer- me lo esperaba, porque me vino la noticia ayer -por el miércoles-. A la gente que había que comentárselo se le comentó, a ver qué es lo que salía. Estoy indignado, porque hacer daño es muy fácil. Nadie va a salir diciendo si realmente yo me he vendido o no, todo el mundo va a suponer, presuntamente… Lo único que consiguen con esto es dañar mi nombre. A mí me indigna que se digan estas cosas, sobre todo por el rendimiento que he dado en estos dos años, y sobre todo porque la afición de Córdoba no se merece esto".
"Lo único que pido es que me comprendan, que me entiendan, que tampoco voy a darle el boom que quieren darle a esta noticia", indicó, "pues el club me ha transmitido su confianza y me ha dicho que esté tranquilo, aunque es complicado, porque son situaciones que afectan a nivel personal. Intentaré aislarme de lo que se está comentando. La gente que verdaderamente me quiere se ha puesto manos a la obra para ver de dónde ha salido esto, qué argumento tienen, y meterle mano a quien tengan que meterle mano", comenzó diciendo.
El gaditano vivió "un día duro" el miércoles. Pegado al móvil, habló con el presidente, José Miguel Salinas, y el director deportivo, Javier Zubillaga. "Que me llamen para estos temas no es de ningún agrado. Estoy muy tranquilo por la parte del club, porque con la noticia que ha salido tienen plena confianza en mí. Cuento con todo el apoyo del club, y para mí es fundamental. Nunca he dado un problema, y levantarte un día por la mañana y comerte una noticia de éstas no es del agrado de nadie. Los abogados y el club investigarán lo que ha salido y lo que me repercute, y se llegará hasta el final", anunció Navas.
El meta ya sabe lidiar con estos temas porque no es la primera vez que le pasa: ya fue acusado por el entonces presidente de la Real Sociedad, Iñaki Badiola, de aceptar un soborno en el Málaga-Tenerife correspondiente a la última jornada de la Liga 07-08. "Es muy fácil: si supuestamente ya pusieron mi nombre hace tres temporadas, es muy fácil decir éste mismo. Con ese caso estoy súper tranquilo, porque el tiempo me ha puesto en mi sitio: yo estoy jugando al fútbol y ese hombre (Badiola) no sé ni dónde está. Hacer daño es muy fácil y el tiempo pone a cada uno en su lugar. Quiero transmitir a la gente que esté súper tranquila, que Raúl Navas no ha hecho absolutamente a nada. La gente lo ha visto, el día a día y el trato de los compañeros. Yo he hablado con mis compañeros, porque no son noticias que gustan dentro de un vestuario, y tengo el respaldo de la gente, del vestuario y del club, y espero que de todo el mundo. Son noticias con mi nombre y apellidos, pero vamos a investigar, a ver qué ha sucedido. Pero yo me voy a dedicar a entrenarme, a centrarme en la temporada, y el que quiera escupir mierda, que se escupa para dentro", subrayó.
Aquel 10 de mayo, Alcaraz alineó en el Rico Pérez a Navas; Gerardo, Gaspar, Agus, Fuentes (Herreros, 60'); Carpintero, Jesús Rueda, Scotti (José Vega, 46'); Arteaga (Javi Flores, 53'); Juanjo y Asen. Un once plagado de titulares -Pepe Díaz estaba sancionado-, pero que se derritió como la mantequilla con ese fallido experimento del trivote. El cancerbero precisa que "cada partido es un mundo. Me gustaría poner el partido y que vean si Raúl Navas se vendió o no se vendió. Es muy fácil señalar al portero, porque es al que le meten los goles. Esa semana el equipo no dio la talla, no compitió como en otros partidos. Pero hay que recordar que es fútbol, y hay partidos que se te dan bien y partidos que se te dan mal. A esas alturas el Córdoba no estaba matemáticamente salvado como para que se especule o se diga cualquier tontería. Buscar mierda donde no la hay no tiene ningún sentido. El Córdoba salió a ganar, y no sólo el Córdoba salió goleado de allí: también al Albacete le metieron cinco o seis, y el Albacete también se estaba jugando la vida. Era un campo jodido, complicado. Recuerdo que no jugamos con el mismo sistema, teníamos nuestras dudas, y al final salió todo mal".
Tras atender a los medios, Navas se retiró a descansar. Todavía quedaba el entrenamiento vespertino, en el que se dedicó a parar, su especialidad. Posteriormente, cena y a dormir. Seguro que le costó conciliar el sueño, porque otra vez se ha visto inmerso en una pesadilla.
Las investigaciones derivadas de la Operación Brugal apuntan que el Hércules, por orden de su máximo accionista (Enrique Ortiz) y con su capitán (Tote) como intermediario, consiguió con el Córdoba lo que se le resistió con el Salamanca, el Girona y el Recreativo. Al parecer, la plantilla blanquiverde rechazó una prima de 300.000 euros por dejarse ganar, pero supuestamente el guardameta sí agarró una de 100.000 a título personal. El Betis está muy pendiente de las decisiones que puedan adoptar la Federación Española y el CSD ante la posible adulteración de la competición, aunque el juez ha archivado la causa al no ser delito la compra de partidos hasta que en diciembre entre en vigor la reforma del Código Penal. La Fiscalía Anticorrupción pretende que el asunto no caiga en saco roto.
Raúl intentó abstraerse de la marejada a lo largo de la jornada y dio la cara después del almuerzo. Convocó a los periodistas con un propósito claro: limpiar su imagen y agradecer el respaldo de todos los estamentos del club. El revuelo no le había pillado por sorpresa. "Ya hoy -por ayer- me lo esperaba, porque me vino la noticia ayer -por el miércoles-. A la gente que había que comentárselo se le comentó, a ver qué es lo que salía. Estoy indignado, porque hacer daño es muy fácil. Nadie va a salir diciendo si realmente yo me he vendido o no, todo el mundo va a suponer, presuntamente… Lo único que consiguen con esto es dañar mi nombre. A mí me indigna que se digan estas cosas, sobre todo por el rendimiento que he dado en estos dos años, y sobre todo porque la afición de Córdoba no se merece esto".
"Lo único que pido es que me comprendan, que me entiendan, que tampoco voy a darle el boom que quieren darle a esta noticia", indicó, "pues el club me ha transmitido su confianza y me ha dicho que esté tranquilo, aunque es complicado, porque son situaciones que afectan a nivel personal. Intentaré aislarme de lo que se está comentando. La gente que verdaderamente me quiere se ha puesto manos a la obra para ver de dónde ha salido esto, qué argumento tienen, y meterle mano a quien tengan que meterle mano", comenzó diciendo.
El gaditano vivió "un día duro" el miércoles. Pegado al móvil, habló con el presidente, José Miguel Salinas, y el director deportivo, Javier Zubillaga. "Que me llamen para estos temas no es de ningún agrado. Estoy muy tranquilo por la parte del club, porque con la noticia que ha salido tienen plena confianza en mí. Cuento con todo el apoyo del club, y para mí es fundamental. Nunca he dado un problema, y levantarte un día por la mañana y comerte una noticia de éstas no es del agrado de nadie. Los abogados y el club investigarán lo que ha salido y lo que me repercute, y se llegará hasta el final", anunció Navas.
El meta ya sabe lidiar con estos temas porque no es la primera vez que le pasa: ya fue acusado por el entonces presidente de la Real Sociedad, Iñaki Badiola, de aceptar un soborno en el Málaga-Tenerife correspondiente a la última jornada de la Liga 07-08. "Es muy fácil: si supuestamente ya pusieron mi nombre hace tres temporadas, es muy fácil decir éste mismo. Con ese caso estoy súper tranquilo, porque el tiempo me ha puesto en mi sitio: yo estoy jugando al fútbol y ese hombre (Badiola) no sé ni dónde está. Hacer daño es muy fácil y el tiempo pone a cada uno en su lugar. Quiero transmitir a la gente que esté súper tranquila, que Raúl Navas no ha hecho absolutamente a nada. La gente lo ha visto, el día a día y el trato de los compañeros. Yo he hablado con mis compañeros, porque no son noticias que gustan dentro de un vestuario, y tengo el respaldo de la gente, del vestuario y del club, y espero que de todo el mundo. Son noticias con mi nombre y apellidos, pero vamos a investigar, a ver qué ha sucedido. Pero yo me voy a dedicar a entrenarme, a centrarme en la temporada, y el que quiera escupir mierda, que se escupa para dentro", subrayó.
Aquel 10 de mayo, Alcaraz alineó en el Rico Pérez a Navas; Gerardo, Gaspar, Agus, Fuentes (Herreros, 60'); Carpintero, Jesús Rueda, Scotti (José Vega, 46'); Arteaga (Javi Flores, 53'); Juanjo y Asen. Un once plagado de titulares -Pepe Díaz estaba sancionado-, pero que se derritió como la mantequilla con ese fallido experimento del trivote. El cancerbero precisa que "cada partido es un mundo. Me gustaría poner el partido y que vean si Raúl Navas se vendió o no se vendió. Es muy fácil señalar al portero, porque es al que le meten los goles. Esa semana el equipo no dio la talla, no compitió como en otros partidos. Pero hay que recordar que es fútbol, y hay partidos que se te dan bien y partidos que se te dan mal. A esas alturas el Córdoba no estaba matemáticamente salvado como para que se especule o se diga cualquier tontería. Buscar mierda donde no la hay no tiene ningún sentido. El Córdoba salió a ganar, y no sólo el Córdoba salió goleado de allí: también al Albacete le metieron cinco o seis, y el Albacete también se estaba jugando la vida. Era un campo jodido, complicado. Recuerdo que no jugamos con el mismo sistema, teníamos nuestras dudas, y al final salió todo mal".
Tras atender a los medios, Navas se retiró a descansar. Todavía quedaba el entrenamiento vespertino, en el que se dedicó a parar, su especialidad. Posteriormente, cena y a dormir. Seguro que le costó conciliar el sueño, porque otra vez se ha visto inmerso en una pesadilla.
