28 de julio de 2013, 12:12
Oriol Pujol Ferrusola vio tal vez negocio interesante en Cartagena. Fue antes de que saltase a luz el escándalo un informe de la Agencia Tributaria que lo colocaba como «colaborador necesario» de una trama empresarial que intentó amañar concursos de concesión relacionados con las estaciones de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), por lo que la Generalidad de Cataluña falsificó facturas para abonar 72 000 euros a Josep Tous, número dos de la Diputación de Barcelona y hombre de confianza que Oriol Pujol había puesto al frente de la operacióncon el fin de poder anular último concurso de ITV que había preparado el Tripartito y diseñar un nuevo mapa de estaciones de ITV
El político barcelonés en su estancia en Cartagena para conocer la situación del proyecto del nuevo Mundial 82 se movió en varias direcciones y vio factible opositar a la adjudicación de la obra pero más tarde todo quedó en agua de borrajas.
Únicamente la Federación de Fútbol de la Región de Murcia presentó hace ahora un año una oferta en el concurso convocado por el Ayuntamiento cartagenero para la construcción y posterior explotación de un complejo deportivo y un aparcamiento subterráneo 400 plazas) en los terrenos del campo de fútbol Mundial 82, en el Ensanche-Almarjal detrás del Hospital Santa María del Rosell.
{sumario:15.000 metros cuadrados esperan que la puesta en marcha del proyecto se desatasque :sumario}Condición indispensable puesta por el Ayuntamiento era y es la de que ello no supondría ningún desembolso económico para el Municipio. Se utilizaría una superficie de unos 15.000 metros cuadrados, propiedad municipal, ocupados en la actualidad por campos de fútbol de tierra que se convierten en lagunas cuando 'caen cuatro gotas de agua' de manera que fuerzan a la suspensión de los partidos del San Ginés.
Según refleja el pliego de condiciones, ese futuro aparcamiento subterráneo deberá tener una capacidad mínima de 400 plazas en una sola planta. El complejo polideportivo estará constituido por un campo de fútbol 11 con graderío, diez pistas de pádel, una piscina cubierta, un gimnasio y otras instalaciones cívico-sociales. Por último, el edificio de oficinas estará adscrito a gestión deportiva. El adjudicatario dispondrá tres años para su construcción.
El plazo de concesión será de 75 años, improrrogables. El canon mínimo que pagará por el aparcamiento será único, de 700 euros por plaza. Por el complejo deportivo deberá abonar otro canon de carácter anual de al menos 3.500 euros.
{sumario:El proyecto del nuevo Mundial 82 surgió hace tres años y se invertirían otros tres en su ejecución :sumario}Hay que recordar que ya en el año 2010, la Federación murciana de fútbol ya presentó un proyecto para remodelar el campo sede de la Escuela de Fútbol San Ginés. Los componentes de la Asamblea de la Federación de Fútbol, en sesión extraordinaria, autorizaron a la propia FFRM, la ejecución y desarrollo del Proyecto “Mundial 82” de Cartagena, de acuerdo con la concesión administrativa otorgada por el ayuntamiento..
Tras la explicación del proyecto por el presidente de la FFRM, José Miguel Monje, los asambleístas aprobaron este desarrollo por unanimidad, sin votos en contra. Este complejo deportivo, de 15.000 metros cuadrados, tendrá un campo de fútbol-11, un gimnasio, diez pistas de pádel, cafetería, ludoteca y aparcamiento subterráneo, así como un edificio que albergará las oficinas administrativas de la sede federativa en Cartagena, con sus aulas de formación, estancias de los comités de fútbol sala y de árbitros, así como la clínica médica.
Un proyecto que está en hibernación. Nadie, ninguna empresa tira de él por ahora. Son los difíciles momentos de la economía. Oriol Pujol fue un adelantado que, viéndolo asequible en principio, desistió después. Su padre le había hablado maravillas de Cartagena, ciudad a la que había visitado cuando era President y quedó impresionado por las características del puerto. Llegó a sugerir la instalación de un transporte de pasajeros de monte a monte mediante cabinas que se deslizarían por cables. Pero tampoco fructificó aquella idea de Jordi Pujol.
