sábado. 20.04.2024

Texto: MANUEL ÁNGEL y reportaje de fotos de LUIS GODINEZ

Porque los gritos de ‘España, España’ oírse, lo que se dice oírse, más bien se oyó poco, apenas se escucharon en dos ocasiones y, si acaso, una tercera aunque más flojita. El público estaba como la noche, probablemente porque en la grada se pasó frío y algunos, hasta mucho frio. Claro que si algún noruego lee esto va a troncharse de risa hasta pasado mañana. ¿Frío? Para ellos esto es verano puro.

Convengamos pues que la temperatura no era la más agradable para lo que solemos estar acostumbrado por estos lares. A los que nos va mucho mejor la temperatura de Cabo de Palos-La Manga que aquellas gélidas de Bergen y alrededores. A más de uno le habría venido que ni pintado alguna estufica en los pies.

Pero estaréis conmigo es que un poco o un mucho de esa frialdad venía dada de la situación futbolística tan depresiva por la que atravesamos en Cartagena con la mercantil Sporto que maldirige al Cartagena de nuestros pecados y que cada vez se parecen más al famoso perro del hortelano,que ni comen ni dejan comer. Y eso acaba contagiándose a una afición que, siempre que ha venido España, da igual la selección, ha terminado siendo una afición de 10. Pero la depre se notaba. ¡Vaya que si se notaba¡

Menos mal que allí estaba el futuro del fútbol patrio con un pletórico Deulofeu que apunta para figura, si es que no lo es ya. O el pequeño gran Oliver Torres que triunfa en el Oporto de Julen Lopetegui y que está llamado a ser una de la futuras estrellas del firmamento nacional. Y eso por no hablar de Munir o del sevillista Denis Suárez al que más de una vez lo veremos salir por la puerta grande del Sánchez Pizjuán o de la mismísima Maestranza. ¿Y de Iñaki Williams? ¿Qué me dices de la nueva perla del Athletic?

Fue una fiesta. Sobre todo para los ‘peques’ que, al fin y al cabo, fue para lo que muchos acudimos con nuestros pequeños, para que se divirtieran, estuvieran cerca de sus nuevos ídolos, les firmaran autográfos y disfrutasen con una noche que, aunque fría, fue bonita mientras duró. Que se lo digan sino a los del equipo de fútbol alevín de Franciscanos, los que portaban las banderas y luego hicieron las funciones de recogepelotas (que no es lo mismo que tocapelotas, que de esos también los hay). Para ellos, para estos niños felices, ni frio ni na de ná porque fue la noche perfecta.

Y es verdad que la respuesta de la afición cartagenera se quedó (esta vez) a mitad de camino, los que se quedaron cómodamente en casa por mil razones, pudieron comprobar que las imágenes de unas gradas semi despobladas no era lo mejor a través de Cuatro. Habrá que esperar a una mejor ocasión, que seguro la habrá teniendo, como tenemos, a un empresario intrépido y valiente como Paco Corbella, quien ha sido capaz de traer en menos de dos años a Cartagena a La Rojita. Dicho queda como reconocimiento a su esfuerzo.

PD.- En 27 años que llevo cubriendo partidos y acontecimientos de todo tipo en el Cartagonova nunca había visto tal despliegue de la Policía Nacional. Hasta para llegar a las cabinas de prensa y radio había que acreditarse. Lo nunca visto vamos.

La respuesta de la afición cartagenera se quedó (esta vez) a mitad de camino
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