27 de junio de 2012, 18:34
Toché, dicho está, es un tipo feliz en Atenas. Buen clima, comida mediterránea muy parecida a la española y un estadio, el del Panathinaikos, con 71.000 espectadores, lo nunca visto para el delantero de Santomera que para nada se arrepiente de esta aventura que le llegó cuando menos lo esperaba y con uno de los clubes históricos de Europa.
Hablamos con el delantero a posteriori de la entrevista, más en privado y sin demasiados pelos en la lengua porque a Toché le dolió salir como salió del Cartagena “porque hubo muchas noticias que no se contrastaron, que no eran ciertas. Las cifras que se dijeron para nada se ajustaban a la realidad, las cifras no las voy a decir, lógicamente, son personales. Pero podría demostrarlo claro. Hasta llegaron a decir que estaba en Polonia cuando ese día estaba tranquilamente en Santomera, pero bueno…”.
De lo que más le ha dolido ha sido el descenso del Cartagena. “Lo he sentido como algo propio. Pasé dos años sensacionales en Cartagena y por mí me habría quedado, pero…”. Ahora piensa que sólo cabe trabajar con mucha ilusión y pensar en el ascenso inmediato de nuevo.
Toché llegó a media mañana y se hartó de firmar autógrafos y más autógrafos. Por cierto que a un niño sevillano no le había firmado y este acudió a él llorando como una magdalena para pedirle su firma. Toché, demostrando la humanidad que tiene, le consoló y le firmó todo cuanto quiso el niño que, ahora sí, se marchó más contento que unas castañuelas. Un apretón de manos sirvió para despedirnos de este santomerano que está feliz en Atenas.
