jueves. 25.04.2024
Hoy su ocupación se encuentra lejos de los estadios. Y es que está al frente de una conocida bodega en el centro de La Unión, en la de Lloret. Un establecimiento típico en el que lo mismo se puede degustar unos michirones que unas costillas de cordero de primera, con patatas fritas con aceite de oliva, como está mandado, una ensalada y un vermout de la casa y más y más cosas. Con el remate de un delicioso vino dulce. Su suegro fue el fundador del negocio que ahora sigue la familia.

El local de Jesús Segura, Bodegas Llorens, no deja de ser un 'templo' del Cante de las Minas, no en balde por ahí desfilan cada verano lo más granado del flamenco español aunque Jesús, lo que en realidad se siente, es futbolero y su bodega es uno de los principales rincones futbolísticos de la ciudad minera.

Segura recuerda su estancia en el Cartagena, en la época de Paco Checa, de Avelino Marín Garre, Paco Cerón, Ginés Lorca Bas, Jesús Martín Poveda y después de Pepe Egea y Ángel Pallarés formando tándem.
 
Es un ciezano que vivió en Cartagena, que se siente cartagenero pero que adora La Unión, donde vive desde hace años y ya es un unionense más, completamente integrado. Vino a Cartagena a hacer el servicio militar y jugó de albinegro en el Almarjal; destacaba por su regate y su fino instinto para llegar a la línea de fondo y centrar el balón. Su ficha en 1967 era de 125.000 pesetas, el equivalente a 625 euros.

“El Cartagena se salvaba en parte en lo económico por algunos traspasos de jugadores que pudo hacer como el de Pani, al Tarragona, y el de Ricardo Ciudad, al Alavés”, comenta.

Cobrar él sus emolumentos le costó trabajo en algún momento de su carrera. Habla de Ginés Lorca, presidente en dos ocasiones del Cartagena, cuando el club le adeudaba  275.000 pesetas y pudo cobrar gracias a la aportación de Carlos González, un dirigente que era vicepresidennte y 'hombre fuerte' en el dinero y que tenía en Los Salazares, La Palma, un negocio de comestibles. Precisamente con Carlos González se ascendió a Segunda B en 1980 a la recién constituida Segunda B.

“A Ginés Lorca, que pedía les hiciese un descuento de lo que me debían, le dije que no se lo hacía porque ellos me olvidaron cuando yo enfermé de pleura y apenas podía respirar
”.

Dice que con el CF La Unión en Segunda B aún no ha podido presenciar algún partido en el Polideportivo Municipal. Quiere acudir pero no tiene tiempo por su plena dedicación a la bodega.

Al Cartagena lo sigue por la 'tele', no tiene muchos elementos de juicio pero desea que mantenga la categoría. De todas maneras está al tanto de la actualidad cartagenerista por los muchos y buenos amigos futboleros que tienen y que le mantienen informados casi al dedillo de lo que ocurre.

Su paso por el Barcelona lo tiene in mente Segura, que recuerda fue cedido al filial de los azulgrana, el CD Condal, que entonces jugaba en Segunda División.

Acabó jugando en la Minera, en categoría regional, para matar el gusanillo. Y cuando se le pregunta por su elección, fútbol de antaño y el de hoy, resalta que antes había más calidad, más técnica, pero que en la actualidad la preparación física del futbolista es mucho mejor.

Segura: "Carlos González me pagó de su bolsillo una deuda del Cartagena"
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