La logística de desplazar todo el material de una base a otra (la regata, que consiste en la vuelta al mundo con escalas, tocará diez puertos en los cinco continentes) se lleva buena parte de la inversión, explica Campos.
La velocidad de los seis veleros que componen la flota exige duplicar todo el material para establecer a tiempo la base del equipo en estas ciudades. Ningún mercante podría llegar antes que los participantes; así, para que todo esté dispuesto cuando recale el Telefónica, es preciso disponer de material para dos bases diferenciadas.
Los desplazamientos por avión a puntos tan distantes como Sanya (China), Aucland (Nueva Zelanda), Miami (EE UU) Ciudad del Cabo (Sudáfrica) o Itajaí (Brasil) de las 70 personas -incluyendo la tripulación patroneada por Iker Martínez- que trabajan para el Team, implican un coste igualmente relevante.
En este sentido, Campos destaca la importancia de contar entre los patrocinadores con Iberia que, a través de la fusión con British Airways, cubre estos destinos. Junto a Telefónica, hay tres empresas con patrocinio principal: Iberia, El Corte Inglés y Mapfre, a las que se suman otras muchas que, como apunta el director del equipo, aportan su contribución "en especie".
Sin embargo, por encima de estos costes resalta el del propio velero. Pedro Campos destaca la fuerte contribución de tecnología española en todos los procesos incluyendo diseño y fabricación.
Como ejemplo resalta la fabricación del molde del casco: "queríamos fabricarlo con una fresadora de control numérico como se hace en Italia. Pero descubrimos una empresa en Murcia que lo producía un mes antes y además con una fresadora fabricada en Bilbao". Igual que las velas que son gallegas o el diseño y las garcias de Valencia. "Velero español con tripulación española", apostilla Campos.
