Sebastián Ripoll Solano, el árbitro balear que había sido designado para este importante choque en Lorca, tuvo una actuación rayando en lo notable. El colegiado nunca se complicó la vida, no buscó polémicas en ningún momento y dejó jugar sin cortar el juego en exceso.
Ripoll Solano estuvo muy lejos de aquel otro que vimos hace dos años en La Condomina, cuya actuación acabaría siendo decisiva para que aquella tarde, los blanquinegros cayeran ante el UCAM por un rotundo 3-0 tras dejar a los albinegros con 9 jugadores y llamar ‘payaso’ al entonces capitán albinegro Jorge Luque, según denuncio éste poco después.
En Lorca todas las miradas estaban depositadas en su actuación tras los últimos acontecimientos arbitrales sufridos por los albinegros. Ripoll Solano fue imparcial y su actuación pasó desaparecida que es lo mejor que siempre se puede decir de un árbitro.
