Alonso Gómez López (Cartagena, 26-12-1952), conocido en todas las esferas, al ser una persona polifacética, con años de experiencia en vida social, política, deportiva, profesional, se asoma a nuestro ventanal de entrevistas telefónicas que el Covid 19 no puede impedir de momento. En su retiro domiciliario, Gómez López nos ha contado algunos/bastantes detalles de su reclusión y opinado acerca de los temas que han salido a relucir en unos minutos de conversación.
Por ejemplo de este personaje encantado de coleccionar recuerdos se puede decir que dispone de 14 repletos álbumes de fotografías, una buena colección de vídeos y especialmente ha cosechado desde que salió de la política y del cargo de Director General de deportes de la Comunidad Autónoma de Murcia cuarenta y un homenajes, uno detrás de otro, que se dice muy pronto, ofrecidos por instituciones deportivas de toda la región, clubes y federaciones. Por fin con tiempo disponible en esta fase de confinamiento ha dispuesto de minutos suficientes para hacer un recuento de placas trofeos y diplomas que guarda con todo cariño. Las causas de este aluvión de parabienes, según los promotores de estas estas entregas bañadas de gratitud, es la "entrega en su trabajo por el deporte".
PORTERO FRUSTRADO POR UNA LESIÓN
Un deporte que Alonso comenzó a practicar de niño jugando al fútbol como guardameta, pero una lesión lo dejó prematuramente fuera de combate. Con el tiempo comenzó a gustarle el arbitraje futbolístico y empezó una carrera que concluyó con un balance de 75 encuentros dirigidos en Primera División, a la que ascendió en los tiempos en que el salmantino José Plaza Pedraz era presidente de la organización nacional arbitral.
Gómez López inició su trabajo muy joven en la empresa nacional Bazán y en ella permaneció hasta que, por excedencia solicitada, se dedicó al desempeño de la función política, primero como concejal de Deportes del Ayuntamiento de la alcaldesa Pilar Barreiro (PP) y posteriormente como director del mismo ramo en la Comunidad. Le tocó lidiar con el 'hueso' del Palacio de los Deportes pero era tan gordo el morlaco que fueron otros políticos los que llevaron el tema como algo particular, consideración del periodista autor de estas líneas.
No ha estado alejado del arbitraje puesto que al dejarlo fue profesor del colegio regional de Árbitros y también ejerció como informador arbitral en encuentros de la máxima categoría del fútbol y de Segunda División. Se dedicó a la Campaña de localización de Talentos en el arbitraje. Hoy se encuentra jubilado - aunque en Jueves Santo actúa en el Memorial 'José Manuel Aroca' y también disfruta practicando la tierna labor de abuelo de unos nietos que le deben de admirar o pronto lo harán.
SIMPATIZANTE MADRIDISTA
Futbolísticamente desde muy joven ha sido madridista, confeso simpatizante, y siendo colegiado en la División de honor fue designado para juzgar tres encuentros de liga del Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu; el primero en la visita del Burgos el 5 de abril de 1992. Leo Beenhakker era entrenador merengue. Segunda actuación en Chamartín, en un Madrid- Cádiz que perdieron los amarillos por 3-1 el 18 de abril de 1993, y finalmente en el año 1995 un día 21 de mayo con motivo del Real Madrid-Valladolid (Jorge Valdano entrenador) con triunfo blanco por 1-0. Casualidad o no, ningún jugador del equipo de la capital del Reino vio tarjeta amarilla, y entre los tres cuadros visitantes acumularon seis.
Un homenaje en la EF Nueva Cartagena con su esposa y el presidente de la entidad deportiva.
