jueves. 28.03.2024

Ascenso tirado

Nos pidieron no criticar hasta que todo hubiese terminado y no les debimos hacer caso, pero ahora es el momento. Criticar no es demoler sino presentar lo que fue realidad para que no se repita. Eso, en periodismo, siempre se ha llamado crítica constructiva y es lo que debemos hacer los profesionales para defender los intereses de los aficionados, primero, y del club después, aunque en este sentido son los dos la misma cosa. Antes se hablaba mucho del bien común, que parece una expresión más espiritual cuando es absolutamente humana. El bien para nuestros santos inocentes que en la 206-17 aguantaron de todo.

 

El bien común es el de los 7.000 abonados, que su primera y mayor aspiración era subir al fútbol profesional y que  falta les hacía porque han sido triturados año tras año. Lo del recordadísimo Isidoro Valverde : “Las desventuras del FC y alguna que otra ventura”. Alguna ¿en singular? O algunas en plural ¿2 ó 3 como máximo?. No hay otra afición que aguante tanto. ¡Cómo debemos tener el cuerpo! Otro año de penas por eso somos El Penas. Lo del AT.Madrid, el Pupas. Ellos tienen pupas y nosotros heridas. Disfrutan de muchas venturas.

Como dejé claro en mi artículo anterior “El desgraciado parto de los montes del FC” (Belmonte y Monteagudo) empezamos bien en lo deportivo y en lo económico (chapó por esto último). Parecía el año del salto, pero en enero se torció todo. Me quedé asombrado viendo a una afición callada y recibiendo palos amargos cada domingo, tragando que las cosas se hacían mal o muy mal y sin rechistar cuando tan crítica ha sido siempre la afición cartagenera, esperando el milagro de volver al buen camino (que no llegó)

Las cosas se torcieron con Monteagudo desde la eliminatoria con el Hércules, un entrenador sin triunfos antes de llegar a Cartagena y que el fútbol  lo tuvo en la nevera durante bastante tiempo antes de ser rescatado por Belmonte. Monteagudo pasó a ser Monteaguado, romo, chato, achatado, ingenuo, simple, sin claridad de ideas. Empieza las rotaciones, cuando llevábamos poquísimos partidos y palmamos y dejamos ir el taquillón de un primera, tan a la mano. A Belmonte parece que le gusta mucho pero se le fue la ocasión.

No fue agudo desde entonces (aunque  con éxitos en los siguientes meses) para convertirse desde enero en lo contrario de afilado, punzante, intenso, hondo, fuerte, perspicaz, sagaz e inteligente. No daba una, se nos iba el tren y la afición y Belmonte callados como muertos. Tampoco vi mucha oposición en los medios informativos.

Eso sí, teníamos unas ruedas de prensa –antes y después de los partidos- que invito a alguien, a alguien de esa prensa que lo aguantó, a colocarlas todas juntas en un libro. Ni los jugadores ni los entrenadores dan muchos titulares, pero yo no he visto tanta sarta de vaguedades y despropósitos en mi vida. Parecía que hablaba de otros partidos o descubría el Mediterráneo con perlas como debemos dejar la portería a cero y marcar algún gol. Desesperante o hilarante. Qué tortura tener que aguantarle. Hasta en eso. Pobres informadores teniendo que oírle y pobres aficionados leyendo después tantas palabras sabias (por la otra punta). Será divertido leer en un libro tanta tontería junta.

Y el otro Monte, Belmonte, viéndolas venir. El bel, que es semillero de palabras de belleza, atractivo y elegancia, se convirtió en lo contrario : fealdad de partidos, fracasos, horrible y algo horroroso. Pero con la cabeza de ideas fijas.

Hace algo increíble e inédito en la 2ª B. Sin encomendarse a Dios ni al diablo ficha por dos años más a una vulgaridad de entrenador y llamo a Guillermo para comentarlo y criticarlo porque me quedé petrificado. Dos años más con lo que queda de esa liga y dos años más (¿??????). Nadie lo entiende. Subir al UCAM era más difícil que al FC ¿cuánto duró Salmerón en 2ªA?. Subir al Huesca resultaba más sorprendente que hacerlo con el FC ¿cuánto duró Tevenet en 2ªA?. Y es que no se pueden hacer planes tan largos, ni los entrenadores del infierno -2ªB- pueden valer para el fútbol profesional como se vió con estos dos casos y mucho más.

Tras la revolución maldita del invierno, Lorca y Murcia van a la deriva como nosotros pero se dan cuenta y rectifican y echan al entrenador. En Semana Santa veo el segundo partido del Cartagena en todo el año,  (el primero fue el del Hércules y este segundo es de desastre el Domingo de Resurrección, 16 de abril, y 1 a 1 con el poderoso Extremadura), me echo las manos a la cabeza, me invitan a la tertulia de Sport Cartagena y digo que:

1/ El entrenador está sobrando

2/ El equipo es un desastre

3/ Ni juega ni corre

4/ Físicamente está roto

5/ No tiene ilusión alguna ni fe por ganar ni por recuperar el liderato

6/ Huelo a fracaso porque no les motiva haber marcado el gol en el minuto 4 ni ser líder de nuevo

7/ Quedan cuatro partidos, que son doce puntos, pero no hicieron nada más que dar tumbos.

Al chino lorquino le sale bien y al Murcia le falta poco. Nosotros no  echamos a nuestro “míster” y nos sale muy mal. Más infierno, más 38 nuevos partidos, más penas y más frustraciones.

 Montenoséqué es desde un monigote y toda la responsabilidad es de Belmonte.  Me queda por contar su responsabilidad como presidente, dueño, director deportivo, oscurantismo informativo y su periodismo.
Se fragua un ascenso que se pierde estando en la mano. Recordaremos durante tiempo esta pifia. Este ascenso perdido.

Ascenso tirado
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