jueves. 28.03.2024

Los cartageneros ¿nos merecemos esto?

Paco Belmonte es tan buen gestor económico como mal director deportivo. Lo uno y lo otro es fácilmente comprobable. Desde que llegó al Cartagena, el club se ha estabilizado financieramente, liquidando su deuda y ofreciendo unos números envidiables. Lo otro, su mala gestión deportiva, también es fácilmente verificable.

Obviando el primer año (con salvación in extremis en Las Palmas), los tres posteriores, arrancados con el objetivo del ascenso, no han conseguido ese propósito. La situación ha ido agravándose año tras año. La temporada anterior, Belmonte se equivocó al desfigurar en invierno una plantilla de rendimiento solvente. Hasta Monteagudo se echó las manos a la cabeza de algunas decisiones de Belmonte. Prescindir de Óscar Rico o Chus Hevia no fue muy inteligente. El equipo entró de milagro en el play off. Y ahí se clavó. Esta temporada el fracaso ha sido todavía peor, porque no ha subido, ni aún siendo campeón de grupo. Esta vez no se le cruzó en el camino el Barcelona ‘B’, lleno de jugadores caros, muy caros. En el camino apareció un modesto Rayo Majadahonda, sin apenas afición y presupuesto limitadísimo que subió, casi a su pesar.  

La paradoja es que, el éxito económico de Paco Belmonte, que ha conseguido todos los apoyos necesarios, políticos y empresariales, hace aún más grande su fracaso deportivo. El club ha dispuesto de dinero de sobra para hacer una plantilla colocada entre las más caras de la categoría. “La mejor”, en palabras de Belmonte, poco dado a la humildad. No, la mejor es siempre la del equipo que sube. O sea, la del Extremadura. Pero aquí no aprendemos. El problema es que Belmonte tiene antecedentes en esto de fracasar en la confección de una plantilla. Hasta Felipe Moreno tuvo que prescindir de él con el Leganés en segunda división. No se le recuerda nada bueno en el Atlético Ciudad de Lorquí, tampoco, cuando lo buscó Evedasto Lifante.

No debemos olvidar, aunque algunos ‘estómagos agradecidos’ lo intenten, que Belmonte en el verano de 2015, más concretamente el día 8 de Junio, quiso convocar un referéndum para dejar morir al equipo representativo de nuestra ciudad. Pero ello no se produjo, al negarse rotundamente la Federación de Peñas del F.C. Cartagena, quienes no querían que el equipo desapareciese. Y otro hecho que fue el detonante y a su vez decisorio, la aparición de un grupo empresarial con rueda de prensa incluida en el Hotel NH, con algunos miembros cartageneros, ofreciéndose a gestionar el club caso de que Belmonte y su grupo llevaran a cabo su propósito de ‘liquidar la entidad’.

Belmonte en un partido de la temporada pasada en el Cartagonova/RAÚL VELASCO-SCT

¿Dónde estaría nuestro querido y a la vez maltratado F.C. Cartagena, de no haber sido por la acción de ambas entidades? No me equivoco si afirmo que formaría parte de la tan triste historia del fútbol cartagenero. Para ello, en aquél momento, los actuales gestores, ya habían hecho un ofrecimiento económico a los dueños de La Hoya Lorca para comprar su plaza.

A eso se le suma lo de los amaños de partidos. Vaya por delante que todo el mundo está protegido por la presunción de inocencia. Pero no es ya que un periódico, el que sea, publique esto o aquello. No. Es que Juan Sabas, a la Policía Nacional, le ha dicho que Felipe Moreno le ofreció 300.000 euros para entrenar al Cartagena la próxima temporada. Si esto es así, si Sabas no ha mentido a la Policía, ¿qué hacía Felipe Moreno en esa historia? El incidente del Carrefour, para mí, confirma lo que es un secreto a voces. Felipe Moreno no es solo amigo íntimo de Paco Belmonte. De hecho, presume en Madrid de que tiene dos clubes: el Cartagena y el Leganés. Cuentan, que se le ha visto pagando nóminas a jugadores del equipo, hace un par de temporadas. Él fue, sin ir más lejos, el que llama a Juan Mata (padre) para intentar que Jaime Moreno (ya fichado por el Lorca Fútbol Club) rompa su acuerdo y fiche por el Cartagena. Son solo unos ejemplos los que se me vienen a la cabeza, así, a bote pronto. Pruebas de esa conexión Leganés-Cartagena hay a puñados. Y esto me inquieta un poco.

Tampoco debemos obviar, que en el pasado año 2016, el F.C. Cartagena con Belmonte y Breis a la cabeza, firmaron un acuerdo con ‘Genova International School’ que casualmente, estaba representada por Morris Pagniello que también aparece en la investigación del ‘caso Extremadura’. Estaba por allí. Y por León. Pregunten cómo salió de allí. El Mundo publicó sus conexiones con Nobile Capuani, aquel del Jumilla, detenido por el presunto amaño de partidos. Incluso hay fotos de Belmonte, Breis y Morris juntos. No sé, todo esto da que pensar, ¿no les parece?

A mí, sinceramente, hasta ahora casi que me daba igual quién es el dueño real del club. Belmonte o Felipe. Si a Belmonte le hace ilusión decir que es él, pues nada. No se la vamos a quitar. El problema viene cuando uno de ellos (de ser cierta la declaración de Juan Sabas a la Policía), Felipe Moreno, anda ofreciendo contratos de 300.000 euros en nombre del Cartagena. Justo la semana del partido contra el Extremadura. Entonces ya no me da igual quién es el propietario real. Y creo que la afición, la que sufre y padece, la que se ilusiona, la que paga gran parte de esta fiesta, debiera saber la verdad. Con documentos. A los que es tan aficionado Belmonte cuando de alabar sus bondades y logros se trata.

Y vuelvo al principio. Ha quedado acreditado que Belmonte, actuando de director deportivo, no es precisamente un lince. Por eso el equipo ha fracasado, por tercera vez. No me vale eso de que el club está saneado. Sí. Perfecto. Saneado, pero en Segunda “B”. Otro año. Y para ese ‘delito’, Belmonte no tiene coartada. Ni el de los números blancos. Que no. Que por ahí no paso. Que la próxima temporada habrá que ir a Sanlúcar en vez de a La Romareda. ¿No sería mejor que contratara a alguien para desempeñar específicamente esa función y que él se dedicara a otras cosas que hace mejor? ¿Es que el club no puede pagarle 3.000 euros a un director deportivo de verdad? Esa sería una gran noticia para el Cartagena. Pero no se hagan ilusiones. Y no es por los 3.000 euros, que para eso, para reconocer errores (o, ¬¬¿no se acuerdan de la expresión “aunque perdamos 0-23 Monteagudo será nuestro entrenador”?) hay que ser humilde. Precisamente esa, la humildad, no parece que sea la mejor cualidad de Belmonte.

No.

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