Si de algo estamos convencidos es que ambos futbolistas, De la Bella y Rubén Castro, van a rendir y se le va a sacar todo el jugo que le quede en sus últimos tiempos como futbolistas. Ninguno ha venido a Cartagena ni a pasearse ni de turismo.
De la Bella lo demostró a base de casta y Rubén Castro se quedó en un tono más bien discreto porque desde su salida en el minuto 72, como respuesta de Borja Jiménez al gol sportinguista, apenas pudo tocar la pelota y menos aún disfrutar de algunas ocasiones ante el portal de Mariño.
Quien sí se quedaría cerca de marcar fue De la Bella quien conecto un gran remate cabecero en plancha que iba derecho al fondo de las mallas, Pero allí estaba la estirada oportuna de Mariño quien, con su mano izquierda, evitaría lo que muchos ya veían como el primer gol de la tarde.
La Bella se esforzó defensivamente aunque con alguna que otra laguna mientras Rubén Castro lo intentó en cada acción en la que intervenía, pero no estuvo especialmente acertado como tampoco lo estaban ni Elady, con problemas en los tacos de sus botas y el nuevo césped, ni tampoco William al que se le nota que aún necesita coger la velocidad de crucero con la que terminó la pasada campaña.
