La muerte llamó a la puerta de la humanidad de Pepe Castelló de una manera tan cruel como insólita, por las circunstancias especiales: no pudo ser despedido por sus seres queridos. La situación de Alarma por la pandemia hizo que su despedida estuviese desprovista de la presencia física de su familia y sus amigos, las gentes procesionista y del fútbol que eran sus dos grandes pasiones.
En menos de seis años se han marchado dos grandes californios, ambos compañeros también del gremio de las tiendas de calzado, ambos localizados medio siglo en la calle del Duque, separados por unos metros: Federigo Agüera Burgueros y ahora Pepe Castelló Ferrer. Los dos muy futboleros, ambos excelentes personas. A tope.
La despedida dolorosa de Pepe Castelló ha sido diferente, inimaginable. No ha podido llegar a la suspendidas procesiones de 2020, ni le ha dado tiempo la guadaña de la muerte a disfrutar de un nuevo ascenso del Efesé, él que fue directivo con el doctor Eduardo Borgoñós, entonces presidente.
Este medio digital ha considerado un deber y un honor dedicarle un pequeño homenaje videográfico a su memoria.
