31 de enero de 2016, 1:00
Querido Víctor:
Me ha llegado la noticia de tu salida del club, y como aficionado quiero agradecerte estos últimos meses en los que has vuelto a demostrar tu cartagenerismo, que aunque ya era conocido de épocas anteriores, ha servido para traer algunos de los mejores recuerdos.
No has tenido suerte al frente del equipo, pero una vez más, no has dejado a nadie indiferente. Desde la campaña de abonados, hasta el momento en que, como bien has dicho en tu última rueda de prensa, los resultados te han echado, has llenado el estadio de sentimiento. Unas veces a favor y otras veces en contra, pero siempre sentimiento. Y ese es un ingrediente esencial –aunque no suficiente- para cualquier club que aspira a hacer algo importante en el futuro; al contrario que la apatía, que solo sirve para vaciar el estadio.
Me dicen que el último domingo hubo hasta una pañolada blanca, de esas tan taurinas, tan espontáneas, hoy casi desaparecidas. No puedo negarte que, de haber estado allí con un pañuelo a mano, probablemente me habría unido a la masa, aunque es posible también que hubiera sido de los primeros en detenerme.
Tú eres un profesional y sabes mejor que nadie cómo es esto. Como diría un castizo, parece que esta temporada "nos ha cagado la moscarda”, pero la mayoría de nosotros sabemos que no es la primera vez ni será la última. Por eso te digo: ánimo y hasta pronto.
Querido Alberto:
Poco sabemos de ti, aparte de tu bagaje por el Cádiz y La Roda, y de tus primeros discursos al frente del equipo. Yo tengo un deseo para este año, que es la permanencia en 2ªB, y una vez cumplido ese deseo, quisiera soñar al menos con la sexta posición.
Pero seguramente ya te habrán comentado, y si no avisado quedas, que para el aficionado cartagenero siempre hay un anhelo superior: ganar al Real Murcia en la segunda vuelta.
Bienvenido y buena suerte.
