jueves. 25.04.2024

La política y el deporte

Con relativa frecuencia escuchamos que no hay que mezcla el deporte con la política, pero ¿Qué influencia tienen entre sí ?.

Siempre se comentaba que el deporte habría servido, a veces, para distraer los verdaderos problemas de la sociedad y además sus gobernantes lo validaban como prestigio nacional.

Buceando en la historia, en el año 1936 los Juegos Olímpicos de Berlín fueron usados por Hitler para promocionar el nazismo y pretender demostrar la superioridad de la raza aria. Los regímenes comunistas convirtieron a las gestas deportivas en “correas de transmisión” de sus designios políticos. Algunos de los países como Cuba, Estados Unidos y China llevan su modelo de gobierno e ideología al deporte, desde los conflictos hasta demostrar de forma fehaciente su potencial y su poderío ante los débiles que no trabajan adecuadamente el aspecto deportivo en sus países.

Pero bajando a “lo terrenal”, lo del día a día, el deporte es unos de los puntos donde se apoyan los partidos políticos a la hora de enfrentarse a unas elecciones, donde, con relativa frecuencia, se hacen promesas que luego no se cumplen. Uno que ha sido político algunos años ha sufrido  en sus carnes la decepción de un presupuesto prometido a “bombo y platillo”, y además escenificado,  que luego no se ha efectuado y que las personas ligadas al deporte han tomado la debida nota para cuando se tenga la oportunidad de depositar el voto. Y más de un disgusto-discusión he protagonizado, de puertas hacia dentro, por solicitar lo que en teoría se había pactado con la consiguiente decepción de los que, la mayoría, trabajan altruistamente por su deporte favorito.

Y algo que siempre he solicitado, a los niveles donde pudiera tener alcance, es el de la creación de un MINISTERIO DE DEPORTES, porque tanto a nivel nacional, regional o local (Comunidades Autónomas-Ayuntamientos) parece que el deporte debe de ir asociado a otras direcciones generales o concejalías, algo así como para salir del paso, vender, quedando como siempre  y validando el símil de la docencia, por darle contenido al curso. Y todavía más sangrante que al frente estén personas que nada han tenido que ver con  el deporte y que, por muy buenos gestores que sean, no llegan a alcanzar el conocimiento, compromiso, la ilusión y sobre todo, el haber estado a pie de obra, no con traje, sino con la ropa deportiva, permítaseme la expresión.

Y volviendo a los programas electorales, si se fijan, los compromisos son abstractos, no definen en realidad lo que se demanda por parte de la ciudadanía; miren ejemplos de los de algunos partidos políticos; “Elaborar un manual de buenas prácticas deportivas”, crear catálogos  de derechos y deberes de los deportistas, combatir la intolerancia y garantizar la convivencia y el respeto a los símbolos constitucionales……….” y no sigo porque ,  la mayoría son de este calibre y ausentes de contenidos reales.

Eso sí, cuando se realiza una gesta deportiva, ahí están los que nunca han estado, valga la redundancia,  haciéndose la foto correspondiente para “dar fe de lo que se apoya al deporte”.

Y termino con una frase de Xabier Medina, Doctor en Antropología Social, “Aunque una competición deportiva de cualquier tipo no tenga porque estar relacionada directamente con la política, las personas, las instituciones y los clubes acostumbran a estarlo, por lo tanto lo más normal es que el deporte se tiña de política”.  Juzguen ustedes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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