El comunicado de cuatro puntos elaborado y remitido ayer miércoles por el FC Cartagena, respecto al enojo y gran enfado murcianista confesado por la Federación de Peñas grana (y que reproducimos aquí a lado) es suficientemente explicativo y correcto como para poder decir por nuestra parte que, además, es conciliador.
Los responsables del FCC aducen argumentos incuestionables como el de la diferencia de los aforos de los estadios de Nueva Condomina y del FC Cartagena. No puede costar lo mismo una localidad en el recinto de 5 estrellas de la entidad murcianista que en el de la Rambla de Benipila, con menos de la mitad de capacidad. La pequeña diferencia en el precio de las entradas, nada abusivo aplicado por Belmonte Ortiz, es normal.
Los ‘piques’ que surgieron por algunos gestos o actitudes en las relaciones administrativas entre los clubes en el partido de ida en NC, esta misma temporada y de ello sabe bastante el defenestrado Víctor Alonso- pueden tener reflejo en la polémica suscitada ahora y que no debe llegar a desbordamientos de ríos ni avivar llamas.
Cuando las dos aficiones por libre han tenido por lo general últimamente un comportamiento correcto, con alguna mínima excepción, sería lamentable que se echara un borrón en el expediente de un derbi que puede ser un bello espectáculo el día de San José. La Federación murcianista de peñas puede consultar lo que quiera con su gente y es libre de hacerlo, y así podría cuajar la idea de renunciar en masa a acudir al estadio Cartagonova esta vez, cuando podría darse el caso de que para los de Vicente Mir fuese una jornada clave en las aspiraciones de clasificación, que hoy en día están en solfa. Perderse un derbi de este nivel por despecho es un lujo.
Pero podría suceder que el FCC recurriese entonces a no facilitar que el gran partido sea televisado, con más razón ni con un dinero razonable por delante, y que la afición del Cartagena se movilizase entonces ante el boicot vecino para llenar con gente propia, empadronada aquí las casi 15.000 localidades del remozado estadio.. Sería un pacífico gesto de amor propio. / G. J.