jueves. 25.04.2024

Torrecilla, un triunfador

 La última vez que hablé in situ con Miguel Torrecilla fue hace cinco años (martes 8 de mayo de 2012) en el estadio Cartagonova cuando se jugaban a puerta cerrada los 31 minutos pendientes de aquel rocambolesco Cartagena-Celta, por culpa el árbitro Alfonso Pino Zamorano, que ordenó la suspensión del partido el 7 de abril del mismo año  por una ‘agresión’ a un ayudante suyo en la banda.  La prensa deportiva nacional difundió que "un objeto lanzado desde la grada de Preferencia del Cartagonova, que ha impactado sobre un linier, ha propiciado la suspensión del encuentro entre Cartagena y Celta de Vigo, perteneciente a la 33 jornada de la Liga Adelante, que empataban 1-1 tras 60 minutos de juego". Según explicaba el árbitro en el acta, "el juez de línea ha sufrido un traumatismo parietal derecho".

Tras los 'hechos', Pino Zamorano mandó a sus compañeros al vestuario mientras los jugadores de ambos equipos permanecían sobre el césped, anunciándose la suspensión definitiva instantes más tarde por la megafonía del estadio. La cosa no deja de tener guasa. En el acta del primer tiempo, Pino Zamorano reflejó que desde la grada del Cartagena han caído "una botella de 33 cl y diferentes objetos" , por lo que advirtió al delegado de campo. El resto de los minutos se disputaron a posteriori, con el mismo colegiado, y no se movió el marcador de 1-1, pero los albinegros mecieron marcar. Un tiro fuerte y lejano de Braulio se estrelló en la madera viguesa y el meta Joel tembló. Fuera del cerrado recinto miles de seguidores albinegros apoyaban con sus gritos de aliento. Era injusto clausurar opor 31 minutos, Nadie pudo justificar y acreditar honestamente que el juez de línea de Pino Zamorano fue agredido el 7 de abril de 2012 en el Cartagonova. Una historieta de relato de Allan Poe. Era la palabra del árbitro contra todo el mundo. El Celta acabó subiendo a Primera ese año, y el Cartagena bajaba a Segunda B, categoría de la que quiere salir este mes de junio.

(Pino Zamorano no tardó en retirarse del arbitraje y el Comité Nacional  descartó concederle la tarea de informador de encuentros en su jubilación, que es lo que habitualmente ofrece a sus ex colegiados en circunstancias normales).

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Pino Zamorano pitó un polémico Cartagena-Celta, siendo Torrecilla director deportivo vigués.

Torrecilla era entonces director deportivo de los célticos, donde triunfó en su tarea, en Segunda y en Primera. Después el de Salamanca, que trabajó cono secretario técnico del Cartagena desde a 2005 a  enero de 2007, se marchó a Galicia (Celta de Vigo), posteriormente a Sevilla (Betis)  y hace pocos días fue confirmado como director deportivo del Sporting. Es evidente que Torrecilla ha ido de triunfo en triunfo desde que salió de la responsabilidad cartagenerista. Se marchó tras una rueda de prensa en la que no aclaró nada. Con el paso del tiempo se supieron cosas. Paco Gómez estuvo en el epìcentro de aquel terremoto. En enero de 2007 Miguel Montes Torrecilla renunció a su cargo después de protagonizar una polémica con el presidente,  por el pretendido fichaje del defensa Abel Valenzuela. Y es que 'El Paloma’ descartó esta incorporación en base al examen médico al que fue sometido el jugador y pese a la insistencia de Torrecilla. Tras este diré desencuentro, el entonces polémico presidente adelantó su intención de asumir él la secretaría técnica y limitar las funciones de Torrecilla, al que además pensaba obligar a cumplir su contrato. En este contexto se produjo en el mismo mes de enero de 2007 la dimisión del preparador David Amaral, quien era una apuesta personal del ex director deportivo del Cartagena el verano de 2006.

El canario Amaral dejó, por su propia voluntad, de ser el entrenador del Cartagena, equipo tercer clasificado en el Grupo IV y el más goleador de los 122 que actuaban en las tres primeras categorías en España. Su dimisión obedecía a "motivos personales", según explicó, y sorprendió a todos. Atendió a los medios de comunicación en la sala de prensa del estadio Cartagonova en una comparecencia en la que leyó un comunicado y en la que no aceptó preguntas.

Torrecilla está llamado a triunfar en su nuevo destino, Gijón. Algunos advenedizos en cargos de responsabilidad, en clubes de fútbol, tendrían que  hacer sin dilación un máster junto a él y aprender un poco en relaciones públicas y sociales, con respeto a los medios de comunicación y sus fines.  / GUILLERMO JIMÉNEZ

Torrecilla, un triunfador
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