viernes. 19.04.2024

Belmonte se frota las manos con el derbi que viene

 

 

Ignoro si se va a llenar el sábado 30-A el estadio Cartagonova hasta las banderas (la de España, la Autonómica y la de Cartagena, no hacen falta más, si no es para añadir las de los clubes protagonistas), pero sí pronostico que el eterno partido de la máxima en el estadio de la por lo general seca rambla Benipila llega en el mejor momento que podía hacerlo para los dos equipos y sobre todo para que la taquilla bata marcas en todas las campañas en Segunda B desde que se descendió.

Evidentemente no es el mejor momento en el rendimiento deportivo del Real Murcia, al que vi naufragar por la tele autonómica ante el Recreativo, pero algo llevará el agua cuando es el líder el equipo de Aira, el entrenador de la tierra de las buenas mantecadas, paisano del ponferradino Manceñido, uno de los delanteros de más calidad en la historia del Cartagena. Herminio Campillo lo fichó en 1961-1962 por su pasado de promesa  madridista y desde entonces ya ha llovido, mucho más en Ponferrada que por estos pagos de casi secano. El colchón antiácaros y anti todo del Murcia le sirve para amortiguar el dominio de la pájara en la que parece sumido en Nueva Condomina donde defiende como un flan y ataca sin convicción y un poco atolondrado. De momento, que todo cambia o es susceptible de cambio,

Pero el próximo sábado no se va a jugar en aquel magnífico estadio donde Jesús Samper y otros hicieron presuntos pingües negocios, sino fuera de casa donde los pimentoneros se desenvuelven mucho mejor y muestran un impresionante cuadro de resultados: solo 10 goles en contra en dieciséis partidos: 0,62 por encuentro. Tres derrotas en sus viajes y el resto 9 victorias y tres igualadas. Treinta y un puntos viajeros por 37 en la Nueva Condomina. Es el mejor momento para que un Murcia  en baja se encorajine, dé un zarpazo y repare todas las esperanzas de acabar sobrado de puntos como campeón, dándole un disgusto de paso a José Luis Mendoza y su amplio coro de asesores, y también la jornada es ideal para que, aunque sea la 13 y los supersticiosos estén con la mosca rondando la oreja, el Cartagena, en alza, sume una semana más sin perder y además amarre su participación en la Copa del Rey. Más el IVA impagable de una alegría para su afición.

Mendoza, peleador en la vida, constante como él solo y también ambicioso como ganador, quiere ser campeón y subir ya, y los de la otra acera murciana -los pobres de la película, si los comparamos con los de Los Jerónimos-  no tienen más salida institucional que ascender a la Liga Adelante. O lo logran o tendrán que seguir malviviendo en la maldita Segunda B,  Y siendo líderes al acabar la jornada 38 las posibilidades de dejar la Segunda B crecen.

Leí días pasados que Paco Belmonte esperaba unos 150.000 euros de taquilla en el derbi. Yo no he hecho las cuentas porque soy torpe hasta contando media docena de naranjas, pero si esos pronósticos recaudatorios en el derbi se apoyaban en la asistencia de diez mil espectadores, esa cantidad de público podría ser mayor una vez que se ve la posición de los equipos en los primeros puestos de la tabla y la posibilidad de que el Cartagena vaya sellando su acceso a la Copa del Rey, que no es la panacea pero sí un premio de consolación por haber tirado por la borda el campeonato en la primera vuelta.

Es lógico que Belmonte y sus dos compañeros y amigos del Triunvirato (Deseado Flores y Manuel S. Breis) se froten las manos por las posibilidades económicas que ofrece el derbi del curso futbolístico 2015-2016. En el aspecto deportivo ya es más difícil pronosticar y acertar. Lo dejo para los que entienden de fútbol.

Belmonte se frota las manos con el derbi que viene
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