El Melilla, sin su hombre-gol Yacine, traspasado al Elche por un puñado de euros, pero con Heber, resucitado en su nuevo club tras salir por el sarampión de los recortes en el Murcia, sigue siendo en teoría un equipo peligroso para cualquier rival. Históricamente le tiene comida la moral al Cartagena en el ‘Alvarez Claro’, que es un terreno con ventolera por lo general y que controla el conjunto azul palmo a palmo.
Con Manolo Palomeque en el banquillo albinegro se estuvo cerca de ganar en febrero de 2015. Lo tuvieron en las manos, más que nunca tal vez. Pero acabaron claudicando con un ‘pupas’ por 3-2 y con un polémico penalti de cuya penalización no tuvo culpa el colegiado y que transformó David Sánchez en el minuto 90. A veces es el del silbato el que paga el pato y se lleva los palos críticos. Esta vez no ocurrió así y el albaceteño Collados López pitó lo que vio. El Cartagena ganaba a los 18 minutos con goles de Chus Hevia y Jorge Luque, ambos retirados ya del fútbol, y en el minuto 84 llevaba ventaja de 1-2 porque el vasco Tarantino metió un gol en la puerta de su compañero Limones, quien terminó bramando para su interior con el penalti de Abenza.
Desde 2010-11 el Melilla, bien dirigido, con los precios más favorables para su afición, también es serio y solvente en el cumplimiento de sus compromisos al socaire del buen trato institucional que recibe, ese club decano en la categoría que la mayoría repudian por inmovilista, no juega la fase de ascenso a Segunda. Parece demasiado castigo. Son ocho años en ayunas y varias veces rozando la clasificación.
Al rebufo de aquella eliminatoria con el Real Madrid ganó un dinero y fundió simultánea y temporalmente sus energías hasta entrar en bache, pero vuelve a la carga y no dudará el domingo 3 de marzo en querer frenar al Cartagena que mejora semana a semana sus registros después de aquel trasquilón del 0-2 de los melillenses en el Cartagonova, en una mañana de exhibición azul. Juan Carlos Menudo pidió perdón entonces por los goles que hizo, uno de penalti cometido por el meta Mario, que al ser expulsado y además lesionado, cedió su puesto a Joao, y es anecdótico que Menudo después no ha vuelto a marcar.